El Valencia se da un festín ante el Nástic

El Valencia no cede, no perdona. En esta ocasión, la víctima ché fue el Nástic, que acudió a Mestalla atenazado, como si supiera que le esperaba un severo castigo. Entre los ejecutores, los de siempre: Morientes y Villa, dos titanes del gol. Al final, 4-0 y tres valiosos puntos que permiten a los de Quique tutear al todopoderoso Barcelona.

Precisamente, el equipo valencianista ya ofreció un primer esbozo de su potencial en el coliseo azulgrana. No va de farol, no. Una plantilla muy compensada, bien trabajada y engalanada con algunos destellos de grandeza.

Salieron con fuerza los de Quique. Joaquín y Gavilán en las alas y la clásica dupla Villa-Morientes en la vanguardia. Mientras, el Nástic saltaba al ruedo confiando en un mal día de los valencianistas y algún ramalazo goleador de Portillo o Makukula. Pero nada. Los de Mestalla no conceden margen de error.

Después de dos tímidos acercamientos de los catalanes, el Valencia comenzó a fraguar su victoria con una especialité de la casa. Villa recibió el balón en clara posición de fuera de juego. El asturiano, muy astuto, aprovechó el desconcierto de la zaga tarraconense y el desacierto de Velasco Carballo para servir en bandeja el gol de Morientes. Lo dicho. No perdonan. Luis César Sampedro se quejó con insistencia, lo que le costó la expulsión.

Desde ese momento, el Valencia imprimió un plus de agresividad al encuentro para evitar cualquier sorpresa. Avisó Villa primero con un eslálom que terminó en el lateral de la red. Pero poco después, en el 52', el cañonero español dejó clara su condición de 'killer' con un gol que nació en jugada de estrategia. Tocada de Gavilán -gran partido el del joven-, y remate inapelable del 'Guaje'.

Goleada

Con el equipo tarraconense a su merced, el conjunto 'ché' dispuso de diversas oportunidades para ampliar el marcador. Primero, mediante un potente disparo de Curro Torres que salió rozando el poste derecho. Y unos minutos después, Villa sentenció definitivamente el choque tras aprovechar un pase de Gavilán, que previamente había dejado sentado a Bizarri. 3-0 y momento de cambios. Ovación para Morientes y Villa, que con sus dos goles prorroga su idilio con la afición de Mestalla.

El joven Silva adquirió el protagonismo en el tramo final del encuentro. De sus botas nacieron las acciones más bellas y la confirmación de que Quique dispone de una gran plantilla. Antes del final, Angulo firmó la rúbrica del partido estableciendo el 4-0 definitivo. Un resultado que señala la firme candidatura de este equipo. Por derecho propio.