Otro año, otro desastre
De Luxemburgo a Capello, poca cosa.- El Madrid deambuló por Lyon, superado por un equipo mejor.- Y que tuvo cierta compasión .- Un año después, otra derrota ante el mismo rival.- Diarra, 26 millones de euros después, fue intrascendente
El camino hacia la Décima empezó mal. El Madrid fue desbordado por las ganas de un rival tremendamente superior. Capello tiene un grave problema. Su equipo no jugó a nada y ya mosquea. Porque no pareció un accidente. Sino una seria inferioridad. De las que duelen.
Apretaron, robaron, corrieron, combinaron, presionaron. Muchas de las virtudes que figuran en el capítulo de honor dentro del libreto de Capello las escenificó el Olympique de Lyon. Malo, pues, para el Madrid, arrollado, prisionero de su incapacidad, torturado por el pasado y por el presente en el Stade Gerland. El mismo donde ya cayó 3-0 el año pasado y en el que al Atleti le metió otros tres el Dínamo de Kiev en el 86.
Y es que fue una paliza sin contemplaciones durante el primer tiempo. Ocho ocasiones más dos goles y un larguero. El mejor: Casillas, como en temporadas precedentes. El peor: Cannavaro, expoliado también por el desbarajuste generalizado del equipo, desplomado, liviano, falto de espíritu.
El espectáculo, y sin Diarra, perteneció al campeón francés, el nuevo Bonaparte en su país (cinco Ligas seguidas). Y bien pronto. Desde el minuto 7 al 45, el baile fue de salón de húsares, entre el desconcierto madridista y la desesperación de Capello en el banquillo. Pero ahora le toca lidiar con el 'monstruo' que ha creado. Un once sin personalidad, sin liderazgo en el centro del campo, flojo atrás y con Iker y Van Nistelrooy en dos islotes mientras les crece la barba.
Recuento rápido de bajas. Juninho pudo marcar ya a los 7 minutos. Preludio del 1-0, obra de Fred, al que la zaga blanca convirtió en Astaire. Pase en largo de Juninho, cantada de Cannavaro y vaselina para el 1-0. Más. Malouda, solo, de cabeza y saca Casillas cual Banks en México 70. O el tirazo ajustado de Govou que dio paso al segundo gol (31'), del portugués Tiago, un descarte despechado de Mourinho. Del Madrid no había noticias. Y del l'OL, como se le conoce en Francia, demasiadas. Juninho (33'), Fred (33'), hasta Reveillere (36'), Malouda al larguero (41') y, de nuevo, Fred (a los 45' y después de un importante ridículo de Cannavaro) y Juninho (46'+). Total. Que el 2-0 se quedó corto.
Ni con Reyes
Capello no se acorazó de comienzo en la segunda para evitar más goles. Trató de reactivar el lado izquierdo del cerebro, donde se esconde el talento para las artes, y adentro Reyes por el inédito Cassano, tan perdido como Raúl.
Pero los franceses no sufrían. Incluso bajaron el ritmo. Que veían ganado el partido y también juegan su Liga nacional. Y que los tres puntos son el objetivo en esta fase de grupos. Eso alivió al Madrid. Guti, por fin, entró por Beckham (55'). Aunque para poco.
Lo que se repitió en exceso fueron las faltas cometidas al borde del área. El Madrid es como si no contara con que en el Olympique jugaba Juninho Pernambucano, catalogado por el propio Capello como el mejor lanzador de friquis del mundo. Tiro varias, demasiadas, y Casillas se libró por poco.
A los 63 llegó la primera oportunidad del Madrid, en un cabezazo de Sergio Ramos molestado por su compañero Van Nistelrooy. Luego chutó Raúl. Sin fuerza. Al poco lo sustituyó Robinho.
El carrusel final de cambios en el OL libró probablemente a los blancos de una derrota mayor. El 2-0, no obstante, le sigue manteniendo en un segundo plano internacional. Es lo que hay. Es duro. Y cierto. Aunque, para no ser tan catastrofistas, Steaua y Dínamo de Kiev dan menos miedo. Y la clasificación es posible. Claro.
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