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El 'kamikaze' Samuel Sánchez conquista Cuenca

Valverde mantiene el jersey oro un día más, reforzado con 12 segundos de bonificación al ser tercero en la meta

El español Samuel Sánchez, del Euskaltel, ha hecho valer su condición de especialista en descensos para imponerse con unos metros de ventaja en la decimotercera etapa de la Vuelta disputada entre Guadalajara y Cuenca, de 180 kilómetros, en la que Alejandro Valverde reforzó el liderato con los doce segundos que arañó como tercer clasificado.

Sánchez, ganador la pasada temporada en Ampuero en una jornada en la que aprovechó el error de un rival que confundió la pancarta de meta, invirtió valentía, "locura" y decisión a la hora de bajar como un kamikaze los 13 últimos kilómetros desde la cima del Alto del Castillo a Cuenca, haciendo estéril la persecución del grupo de los favoritos, donde peleaban por un puñado de segundos de bonificación que les diera moral para la cronometrada del día siguiente en la misma capital conquense.

Como si de una prueba de persecución se tratara, Samuel Sánchez, de 28 años y "tapado" del Euskaltel en la Vuelta, logró una victoria trabajada y merecida, amén de espectacular. "Aprendí a montar en moto antes que en bici, y hay quien piensa que estoy loco", ha resumido al final el ciclista asturiano.

Final apretado

Sánchez cruzó la línea "muerto", con el mismo tiempo del pelotón, 4h.03.43, casi a punto de llevarse un susto por exceso de confianza, porque los favoritos llegaban lanzados. La segunda plaza se la llevó el noruego Thor Hushovd (Credit Agricole) y la tercera el líder, Alejandro Valverde (Illes Balears), que tomó impulso para la contrarreloj con 12 ricos segundos de bonificación. En el mismo grupo llegaron sus principales rivales.

El murciano pasó página con un ligero aumento de su ventaja en la general. Saldrá a defender el maillot amarillo por los alrededores de la Ciudad Encantada con 35 segundos sobre Kashchkin, 52 respecto a Sastre, 1.04 minutos con Gómez Marchante y 1.46 con su principal rival, el kazako Vinokourov.

La primera parte de la jornada, otra vez disputada a gran velocidad, 44,314 kilómetros por hora, centró los focos en un grupo de cinco corredores que lanzaron la carrera con el visto bueno del Illes Balears, concretamente en el ascenso al alto de Córcoles (km 60), con Rebellin, Luis Pérez, Lars Bak, Boogerd e Iñigo Landaluze.

Guardando fuerzas

Mientras el grupo se dedicó a guardar fuerzas para el momento decisivo, los integrantes de la fuga firmaron la máxima ventaja en el esprint de Priego (kilómetro 100), donde Landaluze (Euskaltel) obtuvo un premio especial en recuerdo del inolvidable corredor conquense Luis Ocaña, en cuya localidad nació el ganador del Tour de 1973.

El italiano Bettini, jefe del Quick Step, dio la voz de alerta y enseguida comenzó una labor de caza en la que encontró la colaboración del Astaná y Milram, que se frotaban las manos ante una llegada que les venía de maravilla.

En el kilómetro 160 se finiquitó la escapada y empezó la batalla del Alto del Castillo, un repecho de 3 kilómetros a 13 de Cuenca que escribió la historia de la jornada. Un ataque del austríaco Haselbacher y otro del italiano Di Luca alertó a los favoritos, que elevaron las antenas. Valverde, Bettini, Sastre, Di Luca, Kasehechkin y Vinokourov dirigieron las operaciones en busca del botín de la victoria.

Descenso frenético

A 8.000 metros de meta y en pleno descenso irrumpió como un cohete uno de los mejores "bajadores" del pelotón internacional: Samuel Sánchez, un corredor que de niño arrancó en el taller de su padre una moto mucho antes de subirse a una bici. Como si estuviera motorizado, el ovetense se lanzó cuán kamikaze en busca de la meta, jugándose la etapa o la visita al hospital.

Curtido en mil descensos en su tierra, con lluvia o sin ella, no miró atrás, trazó a todo trapo cada una de las curvas, hasta el último aliento, con los depredadores a un paso dispuestos a robarle la etapa y la bonificación. Pero no cedió Samuel, que con su victoria alivió al Euskaltel. "Yo saqué el córner y yo lo rematé", ha señalado tras la etapa. Y a fe que marcó un golazo por toda la escuadra. Como un obús.

Mañana llega una de las citas clave de la presente edición con la disputa de la contrarreloj individual de Cuenca, con un recorrido de 33,2 kilómetros que incluye una dificultad, el Alto del Castillo (3a), cuya cima está a 13 kilómetros de meta. La decimocuarta etapa supondrá una toma de posiciones de los favoritos ante la última semana de carrera.

Samuel Sánchez levanta los brazos al cruzar la meta, con el grupo del líder pisándole los talones.
Samuel Sánchez levanta los brazos al cruzar la meta, con el grupo del líder pisándole los talones.AP

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