Van Nistelrooy ejerce de Ronaldo

La seguridad defensiva, la solidez de la pareja Emerson-Diarra, la calidad de Cassano, los valorados pases largos de Beckham y el oportunismo del delantero holandés, las credenciales del Madrid para asaltar el reinado del Barcelona. Lo peor, la relajación del segundo tiempo que hizo crecerse al Anderlecht.

Salió el Real Madrid en deuda tras el fracaso del Carranza. Y actitud le puso el grupo de Capello, con Iker 'Illgner' Casillas de titular y Diarra, en su debut, al quite con Emerson en el centro del campo. Sobre ellos, y sobre un pletórico Cassano, se centraron las miradas del Bernabéu para tratar de comprender el estilo futbolístico de Capello y comenzar a acostumbrarse al binomio victoria-segura-pero-sin-brillantez. Aunque acompañó un débil Anderlecht y se pudo combinar, durante el primer tiempo, momentos de buen juego y goles, sinónimo de triunfo. Van Nistelrooy, mientras Galliani y Braida negociaban con Mijatovic en el palco el traspaso de Ronaldo, se reivindicó por su oportunismo y capacidad de desmarque.

El Madrid, en sólo los primeros diez minutos, ya debió adelantarse, en ocasiones desperdiciadas de Raúl (5'), Cassano (7') y Van Nistelrooy (10'), de espuela. Era cuestión de tiempo. Y así fue. Tras marrar Raúl de cabeza (18'), el holandés se estrenó ante su nueva gente con un tanto de 9, rápido para aprovechar un pase de Cassano y hábil para colocarse por físico entre el central y el portero y levantarla con estilo. Lo celebró con rabia, con convencimiento. Esa es otra. El banquillo también se alegró. Así se hace espíritu colectivo, lo que faltaba la temporada pasada.

El gol no motivó al Anderlecht. Sí al Madrid. Si Raúl volvió a pelearse con lo que antes no fallaba, el tanto seguro, al tirar fuera a los 25 minutos, el holandés volvió a lucirse con el 2-0 (33'). Centro pasado de Salgado, que no es 'il due' fijo de Capello, y rodillazo del larguirucho para adentro.

Los belgas, por aquello de justificar el dinero cobrado, se acercaron con peligro en una oportunidad. Justo antes del segundo tanto local. Un cabezazo de Mpenza desviado y cante de Casillas en la salida para darle más morbo al debate de si debe ser titular él o Diego López, con una fisonomía más acorde al gusto 'capelliano'.

Diego López, tras el descanso

En la segunda parte, Diego López (Casillas), Woodgate (Cannavaro), Cicinho (Salgado) y Robinho (Cassano) fueron los cambios de comienzo en el Madrid, que ya no apabulló a medio gas a su contendiente, antaño enemigo en las batallas europeas. El Anderlecht, a lo suyo con diez sustituciones, mejoró bastante, tanto que hasta forzó un libre indirecto dentro del área de Diarra, por un planchazo del de Mali (70'), protagonista segundos después de una incursión ofensiva con disparo de zurda que salió fuera de banda.

Con Mejía por Raúl, el técnico italiano ensayó algo más de 'catenaccio' para conservar el resultado, pero un Bernabéu festivo, con mucho turista, se lo perdonó hasta el gol de Siani a los 84 minutos. Ahí aparecieron nervios y silbidos contra Capello cuando sacó a Becks por Raúl Bravo. Sobró el segundo tiempo para el Madrid. Pero el fútbol de verano se acaba. Espera el Villarreal este domingo. El balompié auténtico, el de los puntos en juego. Y Capello sólo tendrá tres cambios como máximo. Para que no experimente tanto.