Italia pasa con polémica
La selección italiana se ha clasificado para cuartos de final con un penalti muy discutido en el último minuto del encuentro
La selección 'azzurra', como es habitual, consiguió una victoria poco brillante, aunque los australianos en ningún momento dieron la imagen de ir a por un partido que tenían a su alcance tras la expulsión de Matterazzi. Al final, Italia logró su clasificación para cuartos en el tiempo de descuento con un penalti transformado por Totti.
Especial Alemania 2006 |
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Italia comenzaba su verdadero Mundial, y sobre los transalpinos planeaba la amenaza de lo que sería, teniendo en cuenta el orgullo italiano, una auténtica catástrofe y motivo de vergüenza (futbolística) nacional. Eran muchos los que no descartaban una sorpresa superlativa. Italia aportaba lo de siempre, fuerza, concentración, táctica y bueno, eso. Incomprensiblemente (es una opinión) este equipo tiene enamorados incluso fuera de las fronteras italianas, y los que no lo somos, llevamos años esperando un fracaso que demuestre que este no es el estilo a seguir.
El comienzo del encuentro fue prometedor para aquéllos que apoyan siempre al equipo pequeño. Australia estaba corroborando las buenas impresiones que había dejado en la fase previa. Tenía enfrente a una de las grandes por excelencia, pero no era una situación desconocida para ellos. En la segunda jornada de campeonato se habían enfrentado a Brasil (a quienes se lo pusieron muy difícil). Evidentemente la situación no era la misma, pero la lección era muy reciente, y de algo debía servir. De hecho fueron ellos los primeros en dar un aviso. Un remate de Mark Viduka lo detuvo Gianluigi Buffon con algún problema.
Pero a parte de eso, el partido estaba dominado por el entramado táctico que Lippi había planteado, ese en el que las bandas no existen, y en la que la verticalidad no es síntoma de juego ofensivo, sino de falta de creatividad (echamos de menos un nuevo Baggio). Italia disfrutaba, de vez en cuando, de algún que otro atisbo de ocasión, la mejor un tiro de Gilardino que desvió Schwarzer a saque de esquina. El partido se dormía, y con él los aficionados. Mal asunto, el pan de cada día. Sólo faltaba que Australia tuviera algún despiste y que Italia matara el partido. La azzurra estaba en su salsa.
El plan se va al garete
Poco después de que Toni siguiera sin encontrarse a sí mismo, con un fallo garrafal al rematar un balón muerto, los ilusos que seguían soñando con el desastre italiano recibían un soplo de esperanza. Matterazzi, que días antes (tras marcar ante Chequia) se reafirmaba como un jugador duro pero no violento, corta de forma poco ortodoxa una internada de Bresciano, que se plantaba sólo ante Buffon. El español Medina Cantalejo, que hasta el momento no había tenido problemas, no tuvo más remedio que expulsar al jugador del Inter. El cielo se abría para los australianos, aunque bien pensado también para su rival, que tenía la excusa perfecta para salir de su campo lo estrictamente necesario.
A pesar de la superioridad numérica, a los australianos no les resultaba sencillo inquietar a la defensa, comandada ahora por Cannavaro y Barzagli. El catenaccio para Italia es un arte, y en eso son maestros. En cada una de sus escasas aproximaciones al área rival, Del Piero y compañía daban la impresión de poder hacer más peligro que los once australianos a la vez. De hecho, tras media hora de la segunda parte, los aussies no habían conseguido crear una ocasión clara. El peso de las camisetas que tenían enfrente estaba pudiendo más que la voluntad de los oceánicos. Es más, por unos instantes Lippi se envalentona y ordena a su equipo adelantar líneas. A continuación da entrada a Totti, pero la valentía no daba para tanto y el sustituido es Del Piero. Ya estaba en el campo lo más parecido a Il Codino que tiene Italia en la actualidad, y en el primer balón que tocó, dejó a Perrotta en franca posición para el disparo a portería, aunque la tardanza de éste impidió que los de Lippi se adelantaran.
Guus Hiddink (qué mérito tiene) da entrada a Aloisi, y los últimos diez minutos fueron de empuje australiano, aunque faltaba definir. Y se acercaba el final y en el ambiente se veía venir el gol italiano. No llegó, pero sólo porque Iaquinta erró otra clarísima oportunidad dentro del área. El partido terminaba con Australia encerrada en su campo. Esto ya era demasiado. Italia es implacable. En el último minuto Grosso regatea en el área a dos rivales, el segundo le derriba. Medina Cantalejo señala penalti. Discutible, habrá opiniones para todos los gustos, pero ya estaba pitado. Totti marca con una seguridad envidiable. Y no hubo tiempo para más. De nuevo Italia da una clase de fútbol práctico. Los ilusos tendríamos que ir pensando en rendirnos.
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