Ucrania acompaña a España

No había premio para el perdedor. El que ganase, se llevaba el gato al agua y éste decidió tirarse al lago ucraniano.

A Túnez sólo le valía la victoria, a Ucrania, tanto la victoria como el empate para estar por primera vez en octavos de final pero, viendo como los de Roger Lemerre se ponían por delante en el marcador en el partido ante España y lo que le costó, en tiempo, a los de Luís Aragonés remontar, Ucrania saltó al terreno de juego del Olímpico de Berlín con la intención de hacer los deberes pronto.

Pero Lemerre es un hombre de fútbol, de mucho fútbol a sus espaldas y sabe que optar por un línea de aguantar, esperar y crear contragolpes con tal peligro que fuesen capaces de matar el partido, puede ser una buena llave para jugar los octavos de final. El problema es que, hasta la fecha, ni ante Arabia ni ante España, esa estrategia ha dado frutos. Y más si enfrente estaba la dupla Sheva-Rebrov. Atrás ya estaría Jaidi para frenar las llegadas de los delanteros ucranianos. Otro, con mucho fútbol, Oleg Blokhin, también lo sabía, con lo que el encuentro se convirtió en un duelo de estrategias, en un: a ver quién falla antes y quién lo aprovecha.

Ucrania dominaba y creaba peligro, pero era Túnez la que con más claridad podía marcar. Kalinichenko llegaba por la banda izquierda, Rebrov por la derecha, pero costaba conectar con Voronin, que se desesperaba ya en el minuto 90 por no haber conseguido marcar en este partido, y Shevckenko en la punta de ataque. O más que conectar, costaba que sus jugadas se materializasen en gol. El tiro final, eso fallaba, la inspiración, la puntería, que parecía estar del lado tunecino, con Trabelsi y Jaziri como máximos exponentes. Sólo fueron frenado por Shovkosvky, el portero ucraniano, y por el propio Jaziri que, con su estúpida expulsión, en el minuto 45 de la primera parte, dejó huérfano no sólo el ataque tunecino sino también las opciones de clasificarse para octavos de final.

De uno que fue a otro que no

La segunda parte fue una continuación de la primera. Aguanto, espero, no tengo prisa, lo importante es no fallar... Y podría haber sido Túnez la que se hubiese adelantado en el marcador. Tras una falta sacada por Ayari, que rozó el palo de la portería defendida por Shovkovsky, Carlos Amarilla podría haber pitado penalti por mano de uno de los defensores ucranianos que saltó en la barrera y desvió, ligeramente eso sí, la trayectoria del balón. De ese, que tenía más papeletas, a uno que podría haberse ahorrado. Internada en el área de Shevchenko, medio cargado entre uno de los defensores de Túnez y el portero, y penalty. Oportunidad de oro la que se presentaba. Shevchenko, con todo el peso ucraniano a sus espaldas, no falló y envió a su selección caminito de octavos de final.

Sólo queda conocer el rival. El primero del grupo G será para Ucrania; al segundo, ya le espera España.