Pobre imagen, incluso con Shevchenko

La selección ucraniana venció a una débil Luxemburgo, aunque mostrando evidentes carencias en su juego, a pesar de la esperadísima vuelta de Andrei Shevchenko.

Ucrania llegaba al partido después de una serie de amistosos que habían hecho crecer las dudas más que disiparlas, aunque contaban con el hándicap de la baja de Andrei Shevchenko (que no jugó por una lesión de rodilla). Excepto una victoria clara sobre Costa Rica (4-0 ante una selección mundialista), Ucrania consiguió mantener su marcador a cero ante Italia, aunque apenas crearon oportunidades en ese partido, y su ataque careció de pegada. El último partido, ante Libia, mostró claramente las carencias del combinado de Oleg Blokhin, que sólo pudo sentenciar el partido en los minutos finales y con más apuros de los esperados.

Con vistas al debut de España en el Mundial, se pueden extraer dos conclusiones principales, la falta de ideas en Ucrania para sacar el balón jugado, y la dureza con que se emplean sus jugadores en algunas fases del partido. A pesar de ello, no hay que fiarse demasiado de lo visto hoy, ya que no era un partido adecuado para ver el estilo de juego real de Ucrania, basado en el contragolpe.

Desde el comienzo del encuentro, la selección ucraniana se enfrentó a una selección encerrada en su campo, algo que dista mucho de lo que podrá encontrarse en la cita mundialista. Durante los primeros minutos se comenzó a ver lo que iba a ser la tónica del encuentro, Luxemburgo era un frontón que rechazaba todos los ataques de una Ucrania que no lograba dar salida al balón.

La selección ucraniana trataba de progresar por las bandas, pero ni Gusin ni Shelayev, conseguían que sus pases dieran profundidad al juego de la ex república soviética. A Ucrania le faltaba una referencia en ataque, aunque no es un reflejo de lo que suele ser el juego ucraniano, ya que con Shevchenko desaparecen gran parte de estos problemas.

La defensa liderada por Rusol, se mostró segura, cortando sin demasiadas dificultades las escasas internadas de Luxemburgo, aunque la trancisión hacia posiciones más ofensivas se producía de forma demasiado lenta, y tan sólo Rebrov intentaba dar velocidad al ataque de su equipo.

Con el paso de los minutos, Luxemburgo comenzó a sacudirse el dominio de su oponente e intentaba llegar al área de Shovkovsky, aunque cada vez que lo hacía se evidenciaba la falta de calidad de sus jugadores. Incluso tuvo la primera oportunidad del encuentro, tras una falta lanzada por Joachim.

Pero tras este período, en el que no se sabía muy bien cual de las dos selecciones era la que participaría en el Mundial, Ucrania volvió a encerrar a su rival y el juego se desarrolló sólo en una mitad del campo, aunque sin crear ocasiones. De nuevo el incansable Rebrov fue el único que creo algo de peligro, protagonizando una jugada por la que reclamó penalti. La labor de Rebrov se vio apoyada por Gusev en la recta final de la primera parte, en la que el jugador del Dinamo de Kiev realizó algunas incursiones por la derecha, aunque la selección ucraniana carecía de definición en el área rival.

El primer tiempo finalizó con una terrorífica entrada de Yezerskiy, que pudo lesionar a su rival y sólo fue sancionada con tarjeta amarilla. El juego se endureció a partir de ese momento, y poco después Gusev propinó una patada que merecía la roja, aunque quedó en nada.

Reanudación sin Shevchenko

Al comienzo de la segunda parte, Blokhin realizó cuatro cambios, pero no dio entrada a Shevchenko, algo que esperaban todos los aficionados, ya no por ver a la estrella en acción, sino por la posibilidad de una mejoría en el juego de un partido que estaba resultando aburrido en exceso.

A los siete minutos del segundo período, Rebrov, el mejor jugador del encuentro hasta el momento, tuvo la primera ocasión clara para su selección, en un remate a escasos metros de la portería que se marchó ligeramente desviado. Era sólo un aviso, y tan sólo dos minutos después, el delantero del Bayer Leverkusen, Andrei Voronin, adelantaba a su selección con un disparo dentro del área.

Cuando mejor jugaba el equipo visitante tuvo lugar el cambio más esperado, y Ucrania contaba a partir de ese momento con su teórica delantera titular, la dupla Shevchenko-Voronin.

La entrada de la estrella del Milán no cambió sustancialmente el rumbo del encuentro. El dominio del balón era para Ucrania, aunque sin demasiada profundidad en su juego. Luxemburgo se limitaba a esperar en su área las acometidas del rival, y en alguna ocasión pudo sorprender a la contra.

Hacia el final del encuentro (como ante Libia), Ucrania consiguió trenzar dos jugadas aisladas, que posibilitaron los goles de Shevchenko y Kalinichenko, aunque la mala impresión del juego desarrollado por el primer rival de España, ya resultaba difícil de borrar.