La Real se impone a un Villarreal de circunstancias
La Real Sociedad agradeció el detalle. Aceptó con sumo gusto la invitación del Villarreal. El conjunto castellonense dejó claro con la alineación sus preferencias. A un paso de la gloria, del sueño de estar presente en la final de la Liga de Campeones, entretenerse en otros asuntos podía resultar nocivo. Al conjunto de Bakero, puestos a dramatizar la situación, le iba media vida en el duelo y aprovechó la concesión de Pellegrini, técnico del Villarreal.
Con tres jugadores del filial presentes y con la mayoría de secundarios como acompañantes, difícil resultaba reconocer al Villarreal. Descafeinado como pocas veces, pronto se vio sorprendido. Sin ejercer un dominio claro, mientras ambos equipos se asentaban en el terreno de juego, la Real se encontró por delante en el marcador sin apenas haber apostado por ello. Colaboró en el tanto el meta Viera, que quiso poner el cuerpo, en vez de las manos, en la trayectoria del balón, golpeado, eso sí, con dureza, por Mikel Alonso. Apenas habían transcurrido ocho minutos.
El gol sirvió de valeriana a la Real, visto el escaso empaque de su rival, con Arzo como único jugador en el once de los que actuaron de inicio frente al Arsenal en Londres. Bien es cierto que entre los presentes se encontraban jugadores con más tablas y veteranía como Roger, Font, Calleja, Guayre y, sobre todo, Guille Franco, quien más puso para revertir el resultado. Su esfuerzo resultó baladí ya que faltaban demasiados recursos que le acompañaran.
La paz, la tranquilidad, llegó a la Real antes de cumplirse la media hora de partido en un nuevo infortunio del Villarreal, en forma de rebote en la barrera formada por un lanzamiento de falta a favor del conjunto vasco. La lanzó de manera discreta Mark González y la desvió un defensor amarillo, lo que propició el despiste de Viera. El chileno sumó su quinto gol desde su llegada en el mercado invernal, aportación que está sacando a los donostiarras de las galeras. Hoy le resultó relativamente sencillo conseguir los tres puntos del Madrigal. Consiguió la doble ventaja y frenó los arrebatos de vergüenza torera de su contrincante, que poco se parecía al verdadero Villarreal. La Real aceptó gustosa la invitación del anfitrión. La temporada que viene se volverán a saludar.
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