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Crónica:FÚTBOL | 31ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Depor gana al Racing y se concede una tregua

Cuando la tormenta del siglo parecía gestarse sobre Riazor, con el entrenador y el presidente peleándose en público, con la hinchada oyendo llamamientos a la insurrección, el Deportivo decidió darse una tregua en sus tribulaciones. Ganó al Racing con bastante comodidad y sumó su segunda victoria consecutiva en casa, un verdadero acontecimiento para un equipo que se había pasado 15 semanas sin mojar en su estadio.

Favorecido por un rival muy blando, el Depor incluso mostró en ciertos momentos algo parecido al buen fútbol. En la mayoría estuvo presente Iago, un chico de la cantera, el de mejor pinta de todos con los que ha probado hasta ahora Joaquín Caparrós, y que coronó su actuación con el gol que cerró el partido.

Entre estupefacto y abatido por el espectáculo de los últimos días, por la certeza de que el club se balancea sobre un precipicio, el público de Riazor actuó con la mayor sensatez posible, dispuesto a no empeorar todavía más las cosas. Recibió al equipo con calidez y, mientras el duelo aún estuvo en el aíre, sólo explotó en una ocasión contra una de sus víctimas predilectas, ese espectro en que se ha convertido Tristán. Por lo demás, el público adoptó con los suyos una actitud maternal hasta que el choque quedó resuelto. Entonces sí afloró el conflicto, y hubo gritos contra el presidente, Augusto César Lendoiro, entreverados de aclamaciones a Caparrós, quien, de momento, parece haber ganado el pulso ante la opinión pública.

También el Racing trabajó a favor del sosiego que necesitaba el Depor. No por timorato, que no lo fue en absoluto, sino más bien por la sensación de fragilidad de su defensa y la intrascendencia de su juego, por mucho que estuviera envuelto en las mejores intenciones. Así que al Depor le bastó con pescar un gol tras un saque de esquina y, a partir de entonces, administrar la ventaja sin apuros y con un fútbol bastante más hilvanado que de costumbre. La tormenta se deshizo por el momento, aunque el horizonte en Riazor siga amenazado por negruras de toda clase.

El centrocampista del Deportivo, Iago, celebra con el público el segundo gol de su equipo.
El centrocampista del Deportivo, Iago, celebra con el público el segundo gol de su equipo.EFE

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