La voracidad de Eto'o no tiene límite

La voracidad de Eto'o no tiene límites como corresponde al mejor jugador de África. En un partido de máxima exigencia, porque el juego del Celta compitió siempre con el del Barça, el delantero camerunés ha abatido al último portero que se le resistía, y ya le ha cobrado al menos un tanto a cuantos equipos forman en una de las categorías más selectas del fútbol europeo.

La efectividad de Eto'o, que ya cuenta tantos goles como partidos (15), ratificó la jerarquía futbolística del Barcelona y amplió a trece la serie récord de victorias consecutivas. Los números y los premios que a diario reciben los mejores futbolistas azulgrana invitan a abandonarse a la lujuria. Para suerte azulgrana, sin embargo, ningún trofeo detendrá a Eto'o en su carrera por alcanzar la fama de los futbolistas brasileños y europeos, siempre mejor puntuados, normalmente más mediáticos. La magia y la fuerza africana animan a Eto'o para solucionar los partidos del Barça de manera cómoda, como quien no quiere la cosa, con un par de remates que pesaron más que todo el entrejuego. Los tantos del ariete llegaron de forma puntual, cuando más los necesitaba su equipo y peor le sentaron al rival, y de ahí el protagonismo de Samu, como le apodan sus compañeros de vestuario. Eto'o ganó al Celta y punto.

Equipo muy bien montado, el Celta recoge en cancha ajena tantos parabienes como reproches encaja en Balaídos. No tiene jugadores para llevar la iniciativa y de ahí su dificultad para enfrentar a determinados rivales como local. En cancha ajena, en cambio, sus transiciones resultan deliciosas por rápidas. La velocidad con que arma la contra desarma a la mejor defensa, y la del Barcelona no es precisamente referencial, sobre todo por los laterales, cuyas desatenciones obligan al medio centro a reducir espacios reiteradamente.

Tiene Fernando Vázquez a tres futbolistas excelentes para noquear al adversario más atrevido. Oubiña es una delicia como medio centro, Silva se maneja estupendamente como interior izquierdo y Baiano es muy capaz de rematar hasta con el ombligo. Al Barcelona no le quedó otro remedio que tirar la línea del fuera de juego para procurar contrarestar las penetraciones celestes por los dos costados del campo. Achicar el campo y confiar en el buen oficio de Edmilson, en cualquier caso, le sirvió para reducir las situaciones de riesgo que no para eliminarlas.

Baiano, especialmente rápido, se ganó dos ocasiones en dos minutos que pusieron los pelos de punta a la hinchada azulgrana. El ariete remató cruzado a la madera y acto seguido chutó al cuerpo de Valdés en un mano a mano que no es su suerte. Aunque se perfiló muy bien, al brasileño le faltó fortuna en una y en la otra le sobró precipitación. Espléndido cuando enfocaba la portería contraria, al Celta le perdió una desatención defensiva y una travesura de Ronaldinho. El delantero azulgrana botó un libre indirecto para Eto'o mientras los defensas y medios forasteros estaban de cháchara y el camerunés cruzó la pelota sobra la salida de Esteban, sustituto del sancionado Pinto,

La efectividad de Eto'o disimuló las carencias del Barcelona, que hasta el momento las estaba canutas, más que nada porque abusaba del juego de conducción. Jugaba demasiado acaramelado, muy dulzón, como si se gustara demasiado, y no conseguía alcanzar el área. Iniesta no tenía para quien tocar a las bandas y tampoco filtraba pases interiores. Falto de profundidad y de extremos, se atropellaba en el balcón del área hasta que apareció el picante de Eto'o.

El pichichi del equipo y del campeonato repitió después con un segundo tanto más selecto. El equipo azulgrana ya se había soltado con el tanto a favor y mezclaba el juego con gusto y precisión. La aparición de Iniesta expresó el buen funcionamiento barcelonista. El volante recibió de espaldas en la línea de tres cuartos, aclaró el campo con un giro y abrió a la derecha para la llegada de Eto'o, que a diferencia de Baiano, brasileño, no perdonó. El tanto acabó con el Celta, que dio el partido por imposible después de haberlo disputado con entereza y grandeza. Nada pudo hacer ante los goles inevitables de Eto'o, casi siempre decisivos, nunca de relleno.

La actuación del delantero centro fue tan capital para que el Barcelona se apuntara la victoria como el trabajo de Edmilson en la cobertura. Muy descolocado al inicio de campeonato, el brasileño le ha cogido el truco al puesto, y el equipo lo agradece especialmente cuando le encaran con jugadores como los que ayer tenía el Celta. Hasta Ronaldinho perdió la paciencia y le soltó un codazo a Ángel en una acción que no se sancionó porque se supone que el brasileño nunca actúa de mala fe sino por el bien del fútbol. Aunque el mejor jugador del mundo no estuvo especialmente lúcido a su llegada de Zúrich, participó decisivamente a la hora de armar la jugada del 1-0 y llenó el encuentro con detalles estupendos.

Ronaldinho ratificó su condición de jugador singular en un equipo que tiene muchos matices y recursos. Rijkaard ha conseguido que el Barcelona resuelva todos los partidos con una simplicidad asombrosa. Ocurrió ante el Sevilla y ayer contra el Celta. No es extraño que ansie enfrentarse al Chelsea lo antes posible.