El Málaga espanta la crisis

El Málaga espantó a lo grande los augurios de crisis que planeaban por La Rosaleda. Lo hizo recuperando el sentido futbolístico y goleando sin piedad a un Betis que deberá asimilar de urgencia los nueve goles que ha recibido en apenas cinco días. No recordaban los aficionados locales tremenda borrachera de goles, y es que el Málaga ha esperado hasta la octava jornada de Liga para devolver a los suyos el ánimo robado en este arranque de campeonato.

Volvieron los de Tapia a dar sentido a su juego, regresaron las internadas por bandas y los centros medidos, fruto de ello fue la manita al Betis y la primera victoria que el equipo malagueño puede celebrar junto a su hinchada. Un enorme bálsamo para estos que no recuerdan ya si quiera la ciudad granadina en la que tiraron la Copa del Rey el pasado jueves.

Ni la grada ni los jugadores blanquiazules daban crédito a la desidia que atenazó al Betis durante la totalidad del partido, aprovechada de forma magistral por los de Tapia para acabar con sus penalidades. El Málaga salió a morder aprovechando que los de Serra Ferrer todavía andaban tocados por la goleada en Londres.

Todo llegó hilvanado, el buen juego, las ocasiones y los goles. Salva abriría el camino de la goleada con un doblete que recordaba al ariete de sus mejores tiempos. Por su parte, el Betis amagaba con un constante quiero y no puedo que evidenciaba el bache por el que atraviesa. Y es que en la tarde de ayer, el resultado pudo ser de escándalo a poco que los jugadores blanquiazules hubieran andado más finos y Doblas no hubiera demostrado lo gran portero que es.

Viendo el panorama con el que se llegaba al descanso, Serra cambió de una tacada su pareja organizadora, pero ni por esas pudo frenar el vendaval costasoleño. Fernando Sanz certificó la mala tarde defensiva de la escuadra verdiblanca logrando el tercero de los suyos. Pájara que también aprovecharía después Couñago, quien se reencontraba con las mieles del gol mucho tiempo después. Tapia le dio ayer la confianza que necesita un punta, y el gallego no defraudó pues, para delirio de una afición desbordada, firmó, al igual que Salva, un doblete que sabe a reinserción futbolera.