Diego Milito marca en el estreno del Zaragoza

Primera victoria. El Real Zaragoza logró romper su racha de empates a costa del Osasuna, que encajó frente a los maños más goles de los que había recibido en los tres encuentros anteriores. El equipo aragonés superó con gran suficiencia a un Osasuna que había iniciado el campeonato a un excelente nivel pero que acabó sucumbiendo ante el conjunto maño.

El Zaragoza, en el primer periodo, no fue capaz de anotar mientras que en la segunda estuvo mucho más certero de cara al gol. En el primer periodo el conjunto aragonés sorteó sin problemas la presión de su oponente y llegó con bastante claridad a los dominios de "Ricardo" López, a pesar de que los hombres de Víctor Muñoz dieron la sensación de no ofrecer todo lo que eran capaces de dar. Hubo toque y dominio del esférico por parte local pero faltó algo que es consustancial al deporte, velocidad, lo que hizo, que aún teniendo numerosas oportunidades, se tuviera la sensación de que faltaba algo. Aún así las oportunidades locales fueron cayendo en cascada ya desde prácticamente el inicio. A partir de ahí los zaragocistas fueron acumulando posibilidades de adelantarse en el marcador desbaratadas en su mayoría por el cancerbero del equipo navarro, siendo las más claras una en el minuto, en que una cesión a puerta vacía de Diego Milito a Ewerthon fue abortada por un defensa "in extremis" y el remate de cabeza al larguero de Óscar González.

Milito abre la senda del triunfo

Por contra al dominio del Real Zaragoza el Osasuna estuvo tan preocupado de cerrar los caminos a su área que solo puso una nota de inquietud en un par de jugadas de estrategia, aunque consiguió el objetivo de no ver perforada su portería. Algo que ocurriría a poco de comenzado en segundo periodo en un excelente centro de Savio que remató de cabeza, a media altura, Diego Milito.

Con el tanto del mayor de los Milito el juego cambió ya que ganó en vivacidad dado que el conjunto de Javier Aguirre se fue más arriba en busca de un resultado mejor, dejando atrás los complejos del primer periodo. Por ello, los aragoneses tuvieron más espacios para intentar dejar vista para sentencia la contienda, algo que fue determinante porque, a la contra, el Real Zaragoza estuvo más fino en el remate y acabó superando con claridad a un rival sin capacidad ofensiva pues el tanto de Delporte, en las postrimerías del partido, llegó demasiado tarde como para pensar en la reacción foránea.