El Madrid se divierte con el amigo americano
El Real Madrid, ante un rival cándido, se impuso con comodidad y goleó a la selección de la MLS estadounidense por su tremenenda pegada, que sigue intacta pese a un juego falto de ritmo, que se despierta como por rachas letales. Ronaldo, con dos goles (uno con control y recorte, el otro en carrera), fue de lo mejor de una noche que vio los debuts de Diego López, Baptista, Pablo García, Diogo y, el más esperado, Woodgate. Portillo, al final, jugó sus últimos minutos ante la inminente cesión al Nantes, en una noche que desveló que la bestia hace más daño por el centro que por la izquierda.
Novedades galácticas de entrada para el 'bolo' final, antes de la Liga, contra una selección de la Major League Soccer: Raúl y Roberto Carlos, con un auricular en el oído para escuchar a Luxemburgo y que el rival no hizo intervenir al meta del Madrid, Diego López, hasta el minuto 41. El once que alineó Luxa no maravilló de primeras, con un estéril dominio de la pelota, pero evidenció que sus caminos hacia el gol son como los que llevan a Roma. Una arrancada por el centro de Baptista, el lugar idóneo para la 'bestia', fue cortada duramente por Joseph. La falta la convirtió Beckham con estilo, pegada al palo izquierdo de la estatua llamada Reis.
Es decir, el Madrid conseguía que no le llegaran, y si alguno se acercaba (como Moreno) lo paraba Salgado al tobillo, aunque tampoco cercaba con pasió al rival. Entre cierto aburrimiento por la escada entidad del invitado al Trofeo, Ronaldo se dio el gustazo de tomarla, recortar y anotar con precisión el 2-0 a los 40 minutos. Goles, prudencia y calidad significaron al Madrid durante el primer tiempo.
Segunda parte
Dos caras en la segunda parte del Madrid. La primera, gris. Anímicamente como ausente, sin ritmo, la selección de la MLS se aprovechó para cercar en cierta medida el área de Diego López, quien respondió siempre con seguridad pese a que ningún balón le llegó al límite. Pasaban los minutos y no ocurría casi nada, aunque la entrada de Guti (la primera opción tras Zidane) abrió el abanico de opciones para que los delanteros corrieran y se desmarcaran. O para que incluso él mismo acompañara a Ronaldo con Raúl por detrás. Pablo García se confirmó como la alternativa a Gravesen mientras Ronaldo, en una carrera tipo estampida, hacía el 3-0 para su mayor gloria de mejor 9 del mundo. Guti se reivindicó con el cuarto gol, obra de su talento, y Owen entró por Baptista. Luego Diogo por Salgado (en el día que les salió la posible competencia futura de Cicinho). Para que la fiesta fuera completa, sólo faltaba Woodgate. Y el técnico le dio unos minutos que le supieron a gloria. Los últimos cinco. Tiempo para celebrar el 5-0, anotado por un excelso Raúl.
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