El Barcelona se despide de China con una goleada

No fue ninguna sorpresa que el campeón de la liga española, el Fútbol Club Barcelona, barriese de un golpe al flamante vencedor de la Super-liga china, el Shenzhen Jianlibao, un equipo de quien nadie sabe demasiado.

El Barcelona, tras un comienzo arrollador, dejó patente la debilidad de los de Guo Xulung, que intentaron en vano, durante los 90 minutos, acercarse al área barcelonista. El partido sirvió para probar el nuevo segundo uniforme, de color amarillo fosforescente, que a pesar de no ser el favorito de muchos aficionados "culés", parece ideal para los gustos asiáticos.

En los primeros diez minutos, el Barcelona había conseguido acorralar sin piedad a los chinos, que comenzaron a desesperarse después del primer cuarto de hora. En torno al minuto diez, el árbitro singapurés anuló, por fuera de juego, un gol de Giuli, aunque eso no consiguió amedrentar al equipo.

En el minuto 24 comenzó la avalancha. Con suavidad, Iniesta asestó el primer tanto azulgrana, al que siguieron un impresionante tanto de Larsson, que fue un modelo de buen juego durante todo el encuentro, y de Giuly, en el 38, que la vio caer del cielo y la lanzó como un misil contra la portería de Huang Yunfeng. Para el final del primer tiempo, había quedado claro que el Shenzhen, a pesar de ser varias veces vencedor de la mediocre liga china, está compuesto por aficionados.

A pesar de la falta de goles de su equipo, los aficionados locales no dudaron en pasarse los noventa minutos animando a los dos rivales. Rijkaard, que tuvo muy claro para que había volado hasta Asia, cambió a toda la plantilla en el segundo tiempo. A pesar del calor, los jugadores hicieron acopio de energía y, en el primer minuto, el camerunés Eto'o comenzó su baño personal de goles.

Los azulgranas siguieron arrinconando al Shenzhen, que comenzó a desesperarse, a perder sus posiciones, que hasta entonces habían sido valientes y correctas, y empezaron a tirar valones fuera del campo. Para bien y para mal, Eto'o se hizo dueño del segundo tiempo, tras meter dos goles, y fallar un penalti ante el guardameta Zhou Jia, que va a recordar este día el resto de su vida.

El resto del partido fue pan comido. El Barcelona se aprovechó de tener el balón en sus pies más del casi las tres cuartas partes del partido y, en los últimos 35 minutos, se permitió el lujo de marcar hasta cinco goles. Un por parte de Deco (m. 65), nacionalizado portugués, y por ende uno de los favoritos de los aficionados macaenses, dos por parte de Messi (m.67 y m. 89), uno de Gio (m. 67) y un último, en el tiempo de descuento, por parte de Eto'o.

Agotados e incapaces, los chinos no fueron capaces de bloquear el despliegue de arte futbolístico desplegado por jugadores como Ronaldinho, a quien se le otorgó el premio "Juego Limpio" y Giuly, que terminó el encuentro como el mejor jugador del partido.