Osasuna se cuela en la final a costa un Atlético esteril
El equipo navarro empata a cero en el Calderón tras ganar por un gol en la ida en su estadio
El Atlético de Madrid estaba hoy repleto de sueños y tan estéril como de costumbre de cara a la portería. Tras perder 1-0 en el partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey en El Sadar, tan sólo tenía que marcar un gol para empatar la eliminatoria, en su estadio y ante un equipo tampoco excesivamente rumboso, Osasuna. Ni eso ha podido hacer. El equipo madrileño, que lleva un tanto en siete partidos, se ha visto impotente ante un rival mediocre y acobardado. Y ha cerrado la temporada como habitúa últimamente: mal.
El Betis esperaba rival para final y, visto lo visto en el Calderón, ni el Atlético ni Osasuna habrá sido merecedores de ese honor. Desde el comienzo del partido las faltas fueron el denominador común, eso sin contar la bengala que apareció en el campo antes del pitido inicial. Además, el ambiente que se vive en el estadio no es el ideal para llevar al Atlético a la final. Colsa fue pitado desde el primer minuto y la afición se desespera una y otra vez ante el lamentable fútbol del Atlético. Quizás podría salvarse de la criba Richard Núñez que, sin hacer mucho, se esforzó para mostrarse en ataque y llevar algo de peligro (tuvo un mano a mano que resolvió Elía). Precisamente lo que no está aportando Torres, fallón y completamente solo en ataque. Por otro lado, la aportación ofensiva de Osasuna fue nula. En realidad, ningún equipo llevó peligro a la portería rival.
No hubo ninguna reacción por parte del equipo de Ferrando tras el descanso. Salva entró en vano por Richard Núñez, que había sido el mejor en la primera parte, pero el Atlético no vio puerta. Torres tuvo una actuación nefasta y ningún jugador se erigió como líder para llevar a los rijiblancos a la final. Tan sólo merece ser destacado un remate de cabeza de Colsa que desvió Elía en una intervención sensacional. Osasuna se dedicó a defender el resultado y logró su objetivo, aunque también es cierto que los de Ferrando tenían en mente cualquier cosa menos el gol. Así se lo hizo pagar la afición.
Bengalas, pañolada y protestas insistentes al palco teñidas de alguna pelea en la grada. Un final lamentable para una temporada que se presumía mejor y que ha acabado de la peor forma posible. Y todo ello con Maradona presenciando el partido tras llegar tarde al Calderón.
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