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Crónica:FÚTBOL | Semifinales de la Copa del Rey
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Atlético sale vivo de El Sadar

Osasuna gana por 1-0

Osasuna, que se llevó una victoria por la mínima en casa, desaprovechó su superioridad en el juego -mientras lo hubo- para haber sentenciado su pase a la final de Copa, frente a un Atlético tímido y sin ideas primero y escaso de fe cuando tuvo superioridad numérica. El finalista saldrá del Calderón el próximo once de mayo.

Tras su irregular temporada en Liga, los de Aguirre parecen haberse conjurado para clasificarse para la final de la Copa. Y tras unos primeros diez minutos de tanteo, en los que los de Aguirre siempre mantuvieron la iniciativa en el juego, Osasuna apretó el acelerador hasta ahogar por momentos al equipo de Ferrando.

Y lo hizo con sus mejores armas, la actitud, la agresividad -ganaban todos los balones divididos- y el juego directo, con numerosos balones colgados sobre el Chengue Morales. El gigante uruguayo demostró que Perea, uno de los mejores centrales de la temporada, también es vulnerable. Se dio cuenta Ferrando, que ordenó a Pablo relevar al colombiano en tan ardua labor.

El Atlético naufragó estrepitosamente durante más de media hora, en la que no daba abasto a achicar agua. La pelea en el medio centro se la llevó de calle Pablo García, mientras Valdo, Webó y Morales, enloquecían a la zaga atlética. Los números cantan, siete ocasiones rojillas por una visitante.

Sólo Leo Franco, que ejerció de Casillas, evitó que la eliminatoria quedase sentenciada al descanso. El meta argentino sacó unas manos salvadoras a los remates de Valdo -cruzado y por bajo-, Morales -de volea dentro del área-, y Pablo García, por dos veces. El propio Valdo acertó con la red en un saque de esquina. Remató libre de marca de cabeza y sentenció con la diestra después de que el balón saliera rechazado tras impactar en un jugador atlético. Mientras, el sufrido Torres se hartaba de hacer kilómetros y vérselas con los defensas osasunistas, esperando una contra milagrosa que nunca llegó.

No hubo grandes novedades tras el paso por los vestuarios. La lluvia continuó regando El Sadar mientras Osasuna era dueño del balón y buscaba el área rival. El Atlético, por su parte, seguía a merced de los locales, espoleados siempre por un público incondicional.

Reaccionó tarde Ferrando, que encontró solución al cortocircuito que anulaba su equipo con la entrada de Colsa y Salva en lugar de Sosa y Nano. Con Colsa en el doble pivote junto a un desastroso Luccin y con Gronjkaer e Ibagaza en las bandas, el Atlético recuperó el balón y el media punta argentino encontró conexión con Salva y Gronjkaer. Elía despejó el tiro del delantero marcial y un defensa interceptó el remate del danés.

Ahí se acabó el Atlético, que tuvo un hombre más sobre el césped por la expulsión de Cuellar por doble amarilla. Y su inoperancia se debió en gran medida a la capacidad del equipo pamplonica para torpedear el partido.

Un choque a destiempo de Salva sobre la salida de Elía abrió la puerta a las hostilidades, lo que impidió el desarrollo normal del juego y dejó en evidencia a Rodríguez Santiago, incapaz de medir por el mismo rasero a los dos equipos. Valdo vio amarilla, aunque mereció la roja por una entrada a Gronjkaer; Cuellar enfiló los vestuarios antes de tiempo por no medir una entrada en el centro del campo y el público acabó sacando una amarilla inexistente a Pablo. Pero el Atlético ni siquiera acogotó con balones colgados a Osasuna.

Valdo celebra con sus compañeros el gol anotado al Atlético de Madrid.
Valdo celebra con sus compañeros el gol anotado al Atlético de Madrid.EFE

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