De Casillas a Ronaldo y gano porque me toca

La historia se repitió. En los seis duelos entre Levante y Madrid en la Liga siempre ganó el mismo, el de blanco. Y eso pasó en el Ciudad de Valencia. Con apuros, porque Casillas volvió a ser Mazinger-Z, pero con cierta suficiencia en su juego. No necesitó apretar demasiado los dientes. Ya relucieron por su doble sonrisa los de Ronaldo, que se eleva hasta los 15 goles para meterle el miedo en el cuerpo al Barça.

El Madrid llegó, vio y venció. Con Pavón por Helguera y Borja por Guti. Dejó que el Levante se mostrara y comprobó que no había gran cosa: la pelea del modesto a falta de excelsa calidad, posesión mayoritaria del balón al principio y un par de avisos. Pero ahí comenzó a emerger la figura de Casillas, para el que no quedan adjetivos calificativos de loa. Sergio García, culé, dio el primer trabajo de la tarde al meta del Madrid a los dos minutos, en tanto que Rivera, madridista, lo probó con suerte. Su disparo rechazó en Pavón y Casillas se inventó una parada increíble.

Tras el importante susto, el Madrid empezó a manejarse con comodidad. Ya funcionó la medular y, en especial, las apariciones de Salgado por el carril derecho ante el tibio Jofre, otro culé. Owen, que parecía que no jugaba, tuvo su instante de gloria a los 24 minutos en un remate cruzado que atajó Mora. El Madrid, con Zidane tirado a la izquierda y Raúl de enganche, empezaba a tener hambre. Pero le faltaba el gol. Llegó a los 37 minutos en un jugadón de Salgado que remató sin contemplaciones Ronaldo. Su 14º tanto en Liga. El Levante, enrabietado, respondió con energía. Y surgió Casillas, que anuló un fuerte disparo de Pinillos y, en especial, se lució hasta decir "renovación galáctica, ya" con su parada tras el recorte mortal de Manchev. El búlgaro, culé, llamará a Stoitchkov para decirle que cree en los extraterrestres.

Salieron del vestuario los de Luxemburgo con ganas de sentenciar pronto y echarse a descansar un poco. Raúl, a los 49 minutos, ya se adelantó a Mora y envió el balón al larguero de vaselina. Al poco, disparo de Beckham. Y de Ronaldo. Hasta Owen, que se quedó solo por un error de Mora, no pudo anotar en una ocasión pintiparada. Parecía como el tópico. Que el que perdona lo paga. Y el Levante se puso a ello.

Schuster sacó calidad (Congo) y a los 63 se cayó en el área tras entrada de Becks. Quería empatar el equipo local y se encontró con un ordenado Madrid (Samuel fue un muro), más un portero con guantes de oro. Jofre y Alexis lo comprobaron por enésima vez.

El 0-2 se intuía. El Levante arriesgaba todo (más aún con Ettien) y el Madrid aguardaba con doble pivote tras la salida al campo de Guti (Raúl) y Figo (Owen). Ronaldo, después de un par de carreras previas, evidenció que está en la onda. Corrió más que Jesule y recortó de manera 'maradoniana' para anotar el segundo. Y se acabó, tras errores tremendos ante el gol de Guti y Congo.