El Zaragoza acrecienta su sueño a costa del Numancia

Con la victoria lograda sobre el colista de la Primera División, el Numancia, el Real Zaragoza (4-1) hace crecer su sueño de seguir luchando por conseguir un puesto para la Copa de la UEFA, a la vez que prácticamente estrella el de su rival por conservar la categoría. El triunfo del conjunto aragonés en el llamado derbi del Moncayo, por la afinidad entre ambas comunidades debido al gran número de sorianos que residen en la capital maña, se ha fraguado en la segunda mitad tras un periodo inicial infame y sirve a los zaragocistas para continuar con opciones de volver a Europa la próxima temporada.

El primer periodo del encuentro se ha convertido en un elogio al aburrimiento ante la incapacidad de unos y otros por convertir en fútbol la típica expresión que utilizan aquellos que abominan este deporte, "22 jugadores corriendo detrás de un balón". Los argumentos expuestos sobre el césped de La Romareda en este tiempo difícilmente se podrían catalogar como fútbol y sí como abominación porque lo visto ha sido impropio de dos equipos de Primera. Posiblemente una gran parte de los aficionados que se han dado cita para ver el encuentro, de haber sabido de antemano como se iban a desarrollar los primeros 45 minutos, hubieran preferido dedicarlos a la siesta o a cualquier otro menester bastante más productivo.

El conjunto aragonés ha dado la sensación, contrariamente a lo pedido por su técnico, Víctor Muñoz, durante la semana, de afrontar el encuentro bastante relajado, mientras que su oponente parecía pensar más en no encajar ningún tanto que en buscar la portería rival para lograr el único resultado que le valía, el triunfo. Los maños, sin apenas presión sobre el rival y sin velocidad, tanto a la hora de desplazar el balón como en sus jugadores, permitían que un Numancia bien posicionado sobre el terreno de juego apenas pasase apuros, aunque tampoco los sorianos han llegado a la meta de un Luis García al que sus declaraciones esta semana, quejándose del trato de la afición y de los medios de comunicación, han convertido al cancerbero en el blanco de las quejas de aquella cada vez que tenía que intervenir, aunque poco a poco los silbidos se han ido apaciguando.

Cuatro tantos tras la nada

El meta local y su homónimo en las filas numantinas han sido dos espectadores privilegiados que solo intervenían para recoger los balones que mansamente les llegaban a las manos. El segundo periodo ha transcurrido por los mismos derroteros hasta que, en la mejor combinación del equipo maño hasta entonces con un pase de Oscar González a la banda para Luciano Martín Galletti, éste ha puesto un servicio raso que el goleador David Villa ha enviado a la red del conjunto foráneo.

El gol ha comenzado a recuperar del pozo del olvido un encuentro dormido y ha ayudado a que las sensaciones aflorasen a partir de entonces pues la tensión y la velocidad han comenzado a hacer acto de presencia. La satisfacción de los maños por el tanto ha durado poco más de un minuto ya que el zaragocista Rubén Gracia Cani, en un desafortunado despeje, ha metido el balón en su portería, aunque la dinámica en la que había entrado el encuentro ha supuesto que, en un contragolpe local, nuevamente Villa adelantara cuatro minutos después a su equipo tras un excelente control y un disparo cruzado a la escuadra que ponía en franquicia el marcador para el conjunto aragonés.

La velocidad de Galletti ha parecido contagiar a todos sus compañeros, cuyo rendimiento ha crecido en este periodo y, en un servicio del internacional argentino a su compatriota Leo Ponzio, éste ha marcado el tercero en el 79. Por su parte, el brasileño Savio ha cerrado la cuenta goleadora cerca ya del final.