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Crónica:FÚTBOL | Fase de clasificación para el Mundial de Alemania 2006
Crónica
Texto informativo con interpretación

Raúl no era todo el problema

La selección española no pasa del empate a cero ante Serbia-Montenegro, la aún líder de su grupo

¿Y ahora qué hacemos con España? Periodistas y aficionados se habían cansado de señalar a Raúl como la causa de todos los males de la selección. Parecía que el capitán, que perdió su mejor nivel hace demasiado tiempo, era el culpable de que España hubiera acumulado fracaso tras fracaso desde la Eurocopa 64, el único título de una selección absoluta española en toda su historia, no hay que olvidarlo. Pero con Raúl o sin Raúl, la selección que dirige Luis Aragonés juega igual de mal y el problema va más allá de que el madridista sea titular o no. Es más que probable que no merezca estar en la selección, pero no es menos cierto que sin él España tampoco ofrece mucho crédito. Jugó en la segunda parte y protagonizó varias acciones de mérito. Puede que Raúl sea el único que salió reforzado de este encuentro, en el que debutaron Sergio Ramos y Antonio López.

La selección de Luis Aragonés mostró caras nuevas en Belgrado, pero la misma timidez de siempre. Es de agradecer que Luis renueve el equipo y apueste por talentos con más futuro que pasado, pero lo que no acaba de lograr el técnico es que su selección tenga ese carácter ganador que tanto persigue Aragonés. Se decidió a dejar en el banquillo a Raúl, un futbolista que lleva dos años largos sin parecerse a sí mismo y pagando los éxitos del pasado, pero parece que la ausencia del capitán tampoco es la solución a todos los males de España. Fernando Torres apareció solo en ataque, demasiado solo, y aunque se movió bien y fue el mejor de los españoles en el primer tiempo, pese a lo mucho que le pegaron, no logró hacer daño a la defensa serbia, lo mejor de esa selección.

Joaquín y Reyes despreciaron las bandas y no aportaron casi nada, sobre todo el bético, que volvió a demostrar su poca personalidad para los grandes partidos.

Con Joaquín y Reyes desaparecidos, a De la Peña sólo le quedó la opción de Torres para inventar. Pero tampoco mostró su mejor versión el cántabro, que empezó demasiado retrasado, a la altura de Albelda y con Xavi por delante. Los serbios quizá ya no sean los brasileños de Europa, pero tienen una organización de la que carecen los animosos futbolistas de San Marino y de China, y ese orden les bastó para anular a De la Peña. El vacío dejado por los extremos tendrían que haberlo llenado los laterales, pero sólo el debutante Sergio Ramos mostró interés por la derecha. En la izquierda, Del Horno, que no estuvo demasiado afortunado en defensa, apenas se decidió a traspasar el centro del campo.

Las dos selecciones se repartieron la posesión del balón, pero las ocasiones más claras fueron para los serbios. La más importante una de Djordjevic poco antes de entrar en los vestuarios. Espana se fue al descanso sin rematar con peligro entre los tres palos. Y además Puyol se retiró lesionado.

Puyol, por obligación, y De la Peña, por decisión táctica, no salieron en la segunda parte. Ocuparon su puesto Juanito y Raúl y lo cierto es que en este periodo España no empezó bien, pero no por culpa de Raúl, el mejor en el tramo final del encuentro. Siempre se podrá decir que el pobre juego de España se debió a que los serbios mejoraron bastante, pero también hay razones para argumentar que sin el balón España no es nadie. Y con el balón muy poco. Kezman sobresaltó a Luis con un disparo que se estrelló en el poste cuando Casillas ya estaba superado. Respondió España con dos acciones de Raúl, que no terminaron en gol porque Juanito y Torres mandaron el balón por encima del larguero cuando lo más sencillo parecía marcar.

A los serbios se les agotó su poco fútbol a falta de 20 minutos y se preocuparon por aguantar el resultado y por golpear más que por atacar, pero España no supo interpretar ese giro que tomó el partido. Tuvo espacios y recuperó el balón, pero no se decidió, o no pudo, ir con decisión a por la victoria. Un triunfo que, más allá de las matemáticas, hubiera supuesto un importantísimo golpe moral.

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