El Sevilla se hace un lío

La participación en la Copa de la UEFA ha pasado factura al Sevilla, que no ha sabido encontrar en ningún momento su sitio y ha terminado empatando a dos su choque contra el Rácing, que dio más sensación de equipo y se llevó un valioso punto que le aleja tímidamente de los puestos de descenso.

El esfuerzo realizado para eliminar al Panathinaikos ha dejado exhausto al Sevilla, que se ha mostrado mucho menos consistente y más despistado de lo habitual. El Rácing ofreció una cara muy seria y supo aprovechar los despistes de los locales. Unos activos Aganzo y Morán se movieron con inteligencia entre líneas hasta amargar la vida a los defensas sevillistas.

Y sin embargo, el primero que golpeó fue el Sevilla. Un pase de Renato acabó en los pies de Adriano, después de pasar por delante de Makukula, en posible fuera de juego, y el brasileño cedió el balón a su compatriota Julio Baptista, que sumó un nuevo gol en cuenta. No se descompuso el Rácing, que mantuvo la calma y siguió buscando con insistencia la portería de Esteban. El premio le llegó poco antes del descanso, cuando David Aganzo, que ya antes había mandado un balón al larguero, aprovechó un fallo de la defensa del Sevilla en un córner para batir a Esteban.

El despiste del Sevilla se prolongó durante la segunda parte, en la que los hombres de Joaquín Caparrós cometieron probablemente más errores que en toda la temporada. Los saques de esquina fueron una verdadera pesadilla para el Sevilla y mucho más en un equipo que presta especial atención a esas jugadas. En un córner había llegado el primer gol y así consiguió el Rácing el empate para neutralizar el tanto de Darío Silva, que había adelantado injustamente al Sevilla momentos antes. El tropiezo de los andaluces pudo ser mayor si el árbitro hubiera señalado un penalti de Baptista a Casar.