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Reportaje:FC Barcelona - Real Madrid | FÚTBOL

Tras los pasos del 'Dream Team'

El efecto Ronaldinho. Estaba el brasileño pendiente de seguir o no en Can Barça, pensando en los millones de Abramovich, que eran muchos. Que le subieran el sueldo, tras una temporada explosiva, era una de las condiciones para permanecer. La otra, que también contaba, residía en reforzar una plantilla que, estirada como un chicle, alcanzó a firmar una segunda vuelta liguera para el recuerdo. Pero el subcampeonato no está inventado para el

Barça, cuya afición siempre exigirá el triunfo final y, si es acompañado de buen fútbol, mejor que mejor. Lo que nunca entendió Van Gaal. Es así como comenzó a construirse la maqueta del sucesor del 'Dream Team', el equipo de ensueño futbolístico moldeado por un Cruyff al que Núñez dejó, por un tiempo, hacer.

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Con Ronaldinho, Xavi y Puyol como columna vertebral, al Barça de los punto.com de Joan Laporta le faltaba más madera para quemar. Para luchar de verdad por un título, tras cinco años de sequía, un lustro ominoso. Y llegaron Belletti, Giuly, Larsson, Deco, Sylvinho, Edmílson y Etoo.

'Desholandización'

Con los refuerzos, más la 'desholandización' (adiós a Cocu, Kluivert, Reiziger, Davids y Overmars) consentida por el 'tulipán negro', Frank Rijkaard, este remozado Barça ha encontrado en tres meses un reconocimiento mundial del que ni se acordaba.

Llega el Barça al clásico con tres derrotas (en Milán, ante la Gramanet y en el campo del Betis), pero en partidos donde siempre acabó cercando al rival, sin perderle la cara. Y por un gol abajo. Es su forma de entender el juego.

Y eso que Ronaldinho no brilla como la campaña pasada (o más bien le cercan más oponentes). Pero el redescubrimiento de un impactante Xavi, las segundas partes de Iniesta, la aparición de un trabajador desequilibrante como Deco y el hambre de fama de Etoo convierten el Barça en un equipo notable, que mima el balón y al que le falta contudencia para 'matar' al rival porque se gusta en el sitio de su recreo sin mirar de manera resultadista al marcador.

Todo un logro que ha merecido una bienvenida generalizada del mundo del fútbol. El 'anti-Madrid' parece que ha nacido. La rivalidad más enconada del balompié español resurge desde el buen gusto y más al ataque sin concesiones que nunca. Para envidia de Europa.

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