Polémico logotipo para el Mundial de Alemania 2006

El Mundial de fútbol de Alemania 2006 ya tiene logotipo: una constelación de estrellas que forma un balón de fútbol sobre el firmamento, tres rostros bajo un ataque de risa y un círculo que muestra el logo del Mundial de Corea y Japón en 2002. Sin embargo, a muchos ha dejado con la boca abierta. "Un logo como este no se ha visto nunca en un mundial de fútbol", exclamó inocentemente el legendario futbolista alemán Franz Beckenbauer, ahora jefe del comité de organización del Mundial Alemania 2006.

Las reacciones al Celebrating Faces of Football, el nombre oficial del logotipo, no se han hecho esperar. Pocos han atinado a ver en los tres rostros sonrientes la idea de sus creadores de "despertar emociones incomparables". "Se parecen a un grupo de pastillas de éxtasis", ha comentado la prensa internacional. Un grupo de diseñadores de 11 agencias gráficas alemanas han iniciado una campaña de contraataque porque creen que "tres años de ridiculez por delante del mundial de fútbol no es una buena señal. Esto no lo aguanta nadie". Un comentarista de un diario berlinés ha afirmado que "parece salido de una fiebre de creación colectiva de una escuela primaria".

Para evitar un poco la incómoda crítica, los organizadores del mundial en Alemania decidieron recurrir a la votación popular. De hecho, el diseño fue elegido mediante una votación pública realizada por teléfono en tierras germanas, con fines benéficos, que recolectó un total de 15,645.45 euros para la campaña caritativa oficial de la FIFA y las Aldeas Infantiles SOS '6 Aldeas para 2006'.

La idea de las estrellas en el oscuro firmamento formando un balón tampoco ha sido bien acogida por la crítica. "Proyectar un símbolo con estrellas en el cielo es algo que se ha usado miles de veces. Y ¿porqué esa idea de un pasaporte cósmico al Nirvana? ¿Tiene que ser todo tan grandioso, tan gigante?". Los aficionados no parecen estar demasiado entusiasmados con ese logotipo "de jardín de infantes" o con "esta invitación a un cumpleaños infantil", según ha calificado el semanario alemán Der Spiegel. Tampoco los diseñadores están convencidos, pero por lo menos no deberá pesar en el curioso sentido de la estética de Franz Beckenbauer.