Repaso rojillo

El Deportivo ha encajado hoy la primera derrota de la temporada en su campo (1-3), ante Osasuna y después de comenzar el partido ganando, y, al igual que en Montjuïc, se queda con la sensación de que le pudo ir mejor y que si no fue así fue sólo por su culpa. Osasuna se gustó con uno menos y Milosevic, un goleador con mucha clase, demostró que aún le queda mecha para rato: el tercer gol, con vaselina sobre Molina incluida, fue una verdadera obra de arte. Por si fuera poco, el Deportivo pierde a Duscher y Mauro Silva, lesionados, para su debut en la Liga de Campeones ante el Olympiakos.

El partido comenzó como una sesión de tiro al plato. El Deportivo, muy superior a su rival, manejó los tiempos del juego y se dedicó a internarse por las bandas y hasta por el centro para tirarle platos al rifle Pandiani. El uruguayo sólo le dio de lleno a uno, pero tuvo las opciones de sentenciar en varias ocasiones. Tuvo más pegada y más calidad el Deportivo, para desesperación del entrenador de Osasuna, Aguirre, nervioso en el banquillo y advertido por el colegiado.

Pese a la pronta lesión de Duscher, con Mauro Silva los blanquiazules no echaron de menos a nadie. Valerón estuvo correcto, aunque faltó una acción de esas suyas para al recuerdo. Con la mesa servida para el desastre, el equipo navarro decidió ausentarse en su sacrificio y oficiar a cambio una resurrección que pasó por encima a los gallegos. El Deportivo se adormiló en la segunda parte, como si ya tuviese ganado el encuentro, y un penalti absurdo y polémico de Romero a Aloisi abrió la caja de los truenos.

Y la que le cayó al Depor. Pese a actuar contra diez, por la acumulación de amarillas hasta la expulsión de Izquierdo, Osasuna se regocijó a la contra de contar con un tipo como Milosevic, un auténtico killer, el 9 que le faltaba en anteriores campañas a Aguirre.