Londres: Multiculturalidad y nuevas instalaciones

La mezcla de modernas construcciones y sedes ya existentes, como el remodelado Wembley, es clave en la candidatura londinense, cuyo comité organizador preside la estadounidense Barbara Cassani. Además de una ambiciosa propuesta, Londres cuenta con la ventaja de ser veterana en la preparación de este tipo de eventos, con su importante experiencia previa, adquirida en los Juegos que ya albergó en los años 1908 y en 1948.

Es el de Londres un proyecto que cuenta con el total respaldo del primer ministro británico, Tony Blair, del alcalde de Londres, Ken Livingston, así como de los partidos de la oposición conservadora y del resto de las autoridades políticas de la ciudad. Por ello, el Gobierno y la alcaldía han comprometido partidas de más de 4.000 millones de dólares.

El este de Londres, una zona actualmente poco desarrollada, constituirá el foco del proyecto, al ser el área en el que se ubicará el Parque Olímpico, en el Lower Lea Valley, cerca de Stratford, y que gozará de un acceso fluido desde el centro. En esta zona, que abarcará desde los terrenos de Hackney Marshes hasta el río Támesis y que ambiciona ser uno de los nuevos parques urbanos más extensos de Europa, convivirán 17 de los 28 deportes.

Aquí se situará el Estadio Olímpico, además de un centro acuático, con una piscina de 50 metros, un velódromo, pistas de tenis cubiertas, un estadio de hockey y la Villa Olímpica, además de las instalaciones para los medios de comunicación. El parque será fácilmente accesible a todos, situado a unos diez kilómetros de la céntrica plaza de Trafalgar Square.

Emblemas londinenses

Junto a estas nuevas instalaciones, emblemas londinenses como Wimbledon o Wembley desempeñarán un papel relevante, ya que se aprovechará el enorme impacto turístico de estos conocidos lugares. Se dará uso olímpico, además, al estadio de cricket de los Lores (para el tiro al arco) o el cuartel de la Guardia de la Reina (para el voley-playa). A corta distancia del parque se situará la Villa Olímpica, con capacidad para alojar hasta 17.800 atletas y directivos de la organización.

El otro gran reto para el comité organizador es el acondicionamiento de la obsoleta red de transporte de la capital. Para facilitar los accesos, habrá nuevas rutas de trenes, se aumentará la capacidad del metro y se habilitarán nuevas conexiones en las autovías.