Yago Lamela, bronce en salto de longitud
El saltador asturiano queda lejos de sus mejores registros con un vuelo de 8,22.- Rechazada una reclamación del equipo español sobre el último salto de Lamela, que fue nulo
El día D había llegado para Yago Lamela. El saltador español de longitud se enfrentaba, por una vez como claro favorito, al título mundial. De su estado de forma no había duda: saltó 8,53 hace unas semanas y sin despeinarse 8,19 en las clasificatorias. Y no estaba su principal rival, el cubano Iván Pedroso, lesionado en la eliminatoria. Pero tampoco ha podido ser. Con apenas 8,22, Lamela ha tenido que conformarse con la medalla de bronce. La de oro ha sido para el estadounidense Dwight Philips, con 8,32, por delante del jamaicano James Beckford, 8,28.
El concurso de Lamela no ha sido tan bueno como cabía esperar. Empezaba pasando el corte con 8,04. Se esperaba un golpe de autoridad, por encima de 8,30. No en vano ostentaba la mejor marca mundial del año con 8,53. Ha ido mejorando, pero muy poco a poco: nulo en el segundo, 8,12 en el tercero, 8,16 en el cuarto. Acarició el oro en el quinto, con 8,22, igualado a Dwight Philips, uno de sus máximos rivales. Pero Philips se tomaba la minirevancha con 8,32. Antes, Beckford, el jamaicano, había dejado corto el salto de Lamela con 8,28. Sólo le quedaba un intento al asturiano. Ante su oportunidad, Lamela fallaba. Nulo en el salto definitivo.
Lamela insistía en que, al menos, le midieran el último, nulo por sólo tres milímetros y con el que había volado hasta los 8,28 metros. Pero los jueces no aceptaban sus reclamaciones. 8,22 seguía siendo su mejor marca. Después, el equipo español ha presentado después una reclamación que ha sido rechazada por el jurado de apelación, por lo que Lamela tendrá que conformarse con el bronce que, en su opinión, ha supuesto una de las mayores decepciones de su carrera, ya que partía como favorito para la competición, sobre todo tras la lesión del cubano Iván Pedroso.
La oportunidad le llegaba a Lamela cuatro años después de consagrarse en 1999, cuando saltó 8,56 y directamente a la fama. Pero eso no le convirtió en campeón del mundo. Dos veces ha sido subcampeón, siempre por detrás de Pedroso, que hoy no está. Luego vinieron cuatro años de lesiones, el cambio de entrenador y su aclimatación a una nueva sede de entrenamientos en Valencia. Tras un calvario, hoy es su oportunidad.
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