Otra inutil exhibición de Gasol, que bate su récord personal de rebotes

La historia se repite con pesada insistencia, sobre todo para Pau Gasol. El ala-pívot español ha vuelto a ser el más destacado en una nueva derrota de los Grizzlies de Memphis, esta vez frente a los Magic de Orlando (103-119). Abandonado por los actores principales de su equipo -Shane Battier se lesionó el último encuentro y Jason Williams se quedó en unos raquíticos 6 puntos y 2 asistencias-, Gasol abanderó a los suplentes de su equipo con 26 puntos y 17 rebotes, nuevo récord personal.

Derrota a derrota -y ya van 27, por 12 victorias-, Gasol sigue escalando peldaños hacia la cúspide de la plantilla de los Grizzlies y el título de mejor novato del año. Su aval son unos números que no le corresponden a un recién llegado a la NBA, si no a un jugador perfectamente asentado. Frente a los Magic, donde Tracy McGrady, fiel a su prestigio, anotó 25 puntos y recogió 10 rebotes, el internacional español logró su 15º doble doble, un apartado en el que se encuentra entre los 15 mejores jugadores de la liga. Esta vez, por encima de los puntos, que como en los últimos encuentros volvieron a superar la veintena, destacó principalmente su aportación reboteadora. 17 rechaces atrapó Gasol, dos más que los 15 que había logrado en dos encuentros y que hasta ahora era su mejor marca en un sólo partido. 13 de ellos fueron en defensa, otro nuevo tope personal.

Con Battier lesionado, igual que Lorenzen Wright y Michael Dickerson desde hace más de un mes, Swift ausente por una gripe y Williams sumido en la mediocridad, Gasol ha sido esta madrugada, más que nunca, el único punto de referencia de su equipo, como demuestran los 42 de los 48 minutos de partido que estuvo en la pista. Hombre a hombre fue el mejor del partido, contando a los dos equipos. Jugó más que nadie, taponó más que nadie, reboteó más que nadie, tiró más que nadie... Y fue el que mejor lo hizo. Acertó en 9 de sus 17 lanzamientos (8 de 9 en los tiros libres), puso tres tapones y dio tres asistencias, el mismo número de balones que perdió. Todo inutil. "Hemos trabajado duro hasta el final del partido, y creo que lo hemos hecho bien, pero lo único que podíamos hacer era intentar aguantar", afirmó Gasol resignado al final del partido.

El marcador final demuestra que los Grizzlies nunca tiraron la toalla, pero no la tranquilidad con la que los Magic se tomaron el encuentro después de haber sentenciado todo en el primer cuarto, que acabó 17-41. La desventaja aumentó incluso hasta los 33 puntos en el segundo cuarto. A partir de ahí, los Magic empezaron a repartir minutos entre toda su plantilla y los Grizzlies a recortar diferencias, aunque nunca bajaron ya de 13.