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3.000 OBSTÁCULOS

Berlanas sólo cede ante el imperio africano en los 3.000 obstáculos

El atleta tomó su cuarto puesto como una victoria

Su grupo de entrenamiento se disgregó tras la jubilación del técnico Julio Bravo. Se sentía herido, con una deuda que saldar con el atletismo. No sabía que cuatro años después sería uno de los especialistas más competentes del mundo en el 3.000 obstáculos, donde es el único europeo capaz de amenazar a kenianos y marroquíes.

Berlanas celebró su cuarto puesto como una victoria. "Me da igual lo que diga la gente: el cuarto puesto sólo sabe al que ha quedado quinto", declaró después de una carrera que confirmó la hegemonía de los muchachos del valle del Rift. Venció Reuben Kosgei, el más fiable en este tipo de competiciones. Puede perder con su compatriota Barmasai en las reuniones de verano, pero no se le escapa la pieza en los Juegos o en los Mundiales. Ganó en Sydney y repitió en Edmonton.

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Berlanas celebró su puesto como una victoria personal. Enamorado de una especialidad que descubrió gracias al ténico Manuel Pascua Piquera, "lo tuyo es el 3.000 obstáculos", le dijo cuando comenzó a entrenarle-, no duda en confesar que ha vivido dos atletismos, uno el de comparsa, el de mediofondista que está toda su vida en torno a 3,40 minutos en el 1.500, y otro ahora, con casi 30 años. Entre estos dos mundos hubo una época en la que Berlanas trabajó de cartero en San Martín de Valdeiglesias para pagar el alquiler de un piso en el barrio de Aluche, en el arrabal sur de Madrid.

No quería involucrar a mi familia en mis asuntos. "Procedo una familia de clase media baja y no podía crearles más problemas económicos".

Su progresión en el 3.000 obstáculos fue instantánea. En 1998 fue cuarto en los Campeonatos de Europa y desde entonces no falla en una especialidad que apenas permite el acceso a la cima de los atletas europeos.

Quinto en los Juegos, recibió los reproches de Pascua Piquera, que le censuró por no haber atacado de lejos, a falta de 800 metros. Pero Berlanas no es un atleta débil en las grandes carreras. Jamás rehuye la batalla con los africanos, a pesar de las dificultades de una prueba que no ha visto la derrota de un keniano desde los Juegos de México 68.

A esta dificultad relacionada con una hegemonía inquebrantable, Berlanas añade un problema que le limita gravemente. Sus tendones son de cristal, casi inhábiles para una carrera exige superar 35 obstáculos. Quizá he notado en la última vuelta la falta de preparación invernal, declaró. A finales del pasado año fue operado del tendón derecho en Finlandia. El doctor le aconsejó que se operara de los dos. No lo hizo, y ahora tendré que operarme del izquierdo.

Con esa limitación, que le impide practicar la técnica de salto en los entrenamientos, Berlanas se ha convertido en una autoridad en su prueba. En Edmonton no cedió hasta el último paso por la ría, tras una carrera más compleja desde el punto de vista táctico que desde las marcas obtenidas. Los kenianos se mantuvieron bastantes conservadores, sin grandes alardes.

Es evidente que se siente seguro en todo tipo de carreras. Las lentas, las rápidas y las supersónicas. Éste fue tensa porque nadie dio el estirón, aunque se vieron cambios de ritmo que dejaba descolgada a mucha gente. Eliseo Martín perdió contacto muy pronto y Penti comprendió enseguida que no debía cebarse con los kenianos y los marroquíes, que tiraban de codos en el grupo de cabeza. El primer kilómetro fue lento 2,48 minutos-, pero en el segundo comenzó a aparecer Barmasai, el plusmarquista mundial. Aceleró y se llevó a Kosgei, al joven Yator, a los marroquíes Bulami y Ezzine y al español Berlanas, que recibió de lo lindo. El grupo se mantuvo compacto hasta la última vuelta, con Berlanas atento a moverse. Pero un amago de ataque fue cortado radicalmente por los kenianos, que aprovechaban su facilidad para superar los obstáculos para poner en orden la carrera.

En la última curva, Berlanas perdió definitivamente contacto con Ezzine y los kenianos, uno de los cuales, Yator, tropezó en el obstáculo de la ría y se dio un trompazo de consideración. Berlanas lo aprovechó para terminar cuarto y celebrarlo como una victoria. Sabe muy bien lo que significa esta posición en un Mundial, y lo sabe mejor por las frustraciones que ha padecido en su carrera deportiva. Detrás, Penti no perdonó donde sabe: en los últimos 200 metros superó a tres rivales y alcanzó el sexto puesto.

Reuters

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