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ACB | REAL MADRID 76 - TAU VITORIA 71

El Madrid defenderá título ante el Barcelona en la final de la ACB

Iturbe acaba con las aspiraciones del Tau

Una tarjeta de visita bastante discreta, con sólo siete puntos, la mayoría desde la línea de personal, ha ocultado al gran responsable de que el Real Madrid esté de nuevo en la final de la ACB, y no es otro que Iker Iturbe, no por los decisivos tiros libres que ha conseguid en los últimos segundos, sino por acabar con Luis Scola, el gran tormento del vigente campeón.

Alberto Herreros, primero, y el francés Laurent Foirest, después, han acumulado méritos más que suficientes para ser los héroes, además con estupendas estadísticas, pero el indiscutible triunfador ha sido Iturbe, que ha sufrido para frenar al pívot italo-argentino sin una mueca y, en el momento decisivo, ha apuntillado al subcampeón de la Euroliga, cuya temporada acaba sin el premio de un título.

Alta tensión

El segundo finalista de la ACB ha tenido que superar un desempate de altísima tensión, en la grada, en la cancha, en los banquillos y hasta en el último rincón del Raimundo Saporta, que ha estranado la noche eufórico por la contundente salida del Madrid pero enseguida se ha chocado de bruces contra la angustia de la incertidumbre.

La serie estaba condenada a una batalla despiadada por la clasificación y eso es lo que hubo sobre la pista de la Castellana, un duelo frenético entre dos equipos incapaces de rendirse. No lo ha hecho el Tau cuando parecía destinado a perderse en la conmoción provocada por la marcha de Víctor Alexander y mejor jugaban los blancos, pero éstos tampoco han capitulado al verse rebasados fulminantemente.

El subcampeón continental ha entrado a fondo en las operaciones frente al aro enemigo de la mano de sus hombres exteriores, que han reflotado al equipo vasco en plena ofensiva madridista y, en pocos minutos, han situado un marcador que les situaba 11 puntos por debajo en otro que les daba nueve de ventaja (de 20-9 m.8 a 32-41 m.17).

Tres triples seguidos

A pesar de rotar lo justo -sólo con siete hombres-, el Tau ha apostado fuerte por la final. Claro está, el Madrid también, y después de dos cuartos plenos de tensión, nadie podía sentirse a salvo (41-43), ni siquiera Alberto Herreros, metido de lleno en una de sus grandes noches.

Sin embargo, el capitán madridista ha encontrado su felicidad y, con ella, la de todo el Real Madrid. Para alcanzarla ha usado lo más valioso de su repertorio: el tiro. Ha firmado tres triples seguidos al principio del tercer cuarto y, aparte de volver a abrir hueco en el parcial, ha causado un efecto multiplicador en los ánimos blancos.

A pesar de que los vascos han respondido inmediatamente a los zarpazos de Herreros, el partido ya no ha sido el mismo. La presión había subido por encima del límite que bloquea las muñecas y anotar se convertía en una misión casi imposible, salvo para el internacional madridista, que con un nuevo triple -el que hacía su punto número veintiuno- ha blindado al Madrid contra las balas de Laurent Foirest, el otro artillero en racha.

El francés ha dado forma a otra remontada inverosímil (69-71 m.38), pero ni Foirest ni Herreros, la figura ha sido Iturbe. El alero vitoriano ha amarrado los tiros de la verdad y la clasificación mientras el Tau disparaba sus últimos lanzamientos sin suerte.

Los jugadores del Real Madrid Herreros, Lucas Victoriano y Meek celebran el triunfo conseguido frente al Tau.
Los jugadores del Real Madrid Herreros, Lucas Victoriano y Meek celebran el triunfo conseguido frente al Tau.EFE

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