El Madrid gana un combate memorable
El Lazio llegó a ir por delante en el marcador, pero acabó doblegado tras un penalti en el último minuto
No se habla de culturas futbolísticas por casualidad. En el Bernabéu se vieron dos maneras opuestas de entender el juego: el Lazio representó lo mejor y lo peor de la tradición italiana; el Madrid ofreció una excelente versión de lo que se quiere en España. Cualquiera que sea la opinión sobre la diferencia de estilos, la realidad es que la propuesta del Madrid siempre fue más atractiva. Por generosa, por detallista, por desenfada.
Del Lazio queda la sensación de que desaprovecha sus inmensas posibilidades. Por supuesto, no le faltan buenos jugadores, y hay momentos en los que apunta todo su poderío. Se trata de un equipo que cuenta con Verón, Nedved, Salas y Crespo, todos acreditadísimos en el mercado mundial. Cuando el Lazio se decidió a utilizarles masivamente, el Madrid sufrió a ojos vista. Sufrió doblemente: por la viveza de los jugadores del equipo italiano y por las concesiones propias. En las dos primeras acciones del Lazio se observó la lentitud de Karanka frente a la velocidad de Salas y Crespo. Karanka, cuya temporada es admirable, vivió todo el partido con el susto en el cuerpo. El gol del Lazio acrecentó las dudas del central, que se comió el regate de Crespo, muy elegante en el amague y en el tiro.
El Lazio llegó a ir por delante en el marcador, pero acabó doblegado tras un penalti en el último minuto
El Lazio llegó a ir por delante en el marcador, pero acabó doblegado tras un penalti en el último minuto
El tanto abrió el turno de preguntas en el Bernabéu. En dos jugadas, el Lazio había explotado las carencias defensivas del Madrid. ¿Qué podía explotar el Madrid? Los gravísimos errores defensivos del Lazio. Pocas cosas están tan sobrevaloradas en el fútbol mundial como la destreza de los defensas italianos. Por si había dudas, la evidencia quedó patente frente al Madrid, que jugó un fenomenal primer tiempo, con criterio y grandeza, sin caer en la ansiedad, con toda la gente al toque, con el maravilloso Raúl en su mejor versión, con Morientes amenazador en el área, con McManaman ventilando el juego con sencillez, con la autoridad de Helguera. Si acaso le faltó una mayor contribución de Figo desde la derecha, donde se produjo menos batalla de lo previsto. Figo se enredó demasiado y pareció ajeno a la espléndida puesta en escena de su equipo.
El hermoso juego del Madrid en el primer tiempo no tuvo la respuesta correcta del Lazio, que abandonó cualquier idea de ataque para abandonarse a la defensa. Decisión errónea porque condenó a Salas, Crespo y Nedved a un papel de segundo orden, justo cuando el Madrid daba pruebas de sufrimiento defensivo. Fue entonces cuando se desbarató el mito italiano. El Lazio se defendió en la primera mitad por puro amontonamiento. Cuanto más retrasado, sus concesiones eran mayores. No se puede explicar de otra forma el altísimo número de ocasiones del Madrid, que remató en dos ocasiones a los palos y estuvo cercano al gol en varios momentos.
Morientes hizo un trabajo estupendo en el gol del empate. Helguera buscó a Raúl, mal marcado por Nesta, que le permitió girar y buscar el pase a Morientes, que tiró del manual: gran control y remate instantáneo. Fue la cima del Madrid en un partido intenso, de gran nivel en muchos intantes, digno de lo que espera en la Copa de Europa. Si en la primera parte se observó la sideral diferencia de estilos, en la segunda se vio un partido bravo y roto, con dos equipos que llegaron más lejos de lo que les permitía la fatiga.
De nuevo se apreció la capacidad de daño de los delanteros del Lazio. Siempre avispado para retrasarse y sacar de sitio a los centrales, Salas generó los problemas que concretó Crespo, atentísimo a buscar los espacios por detrás de los defensas. En dos ocasiones, se midió mano a mano con Casillas, y en las dos salió ganador el portero. El Madrid, que había gastado casi todas sus balas en el primer tiempo, tuvo coraje y oportunidades. El Lazio, también. En buena medida porque el partido se rompió. Las llegadas se hicieron constantes, en una ventolera que convirtió el choque en una lotería. Lo que antes había sido pura academia, ahora era un duelo emotivo. Eso también es fútbol.
El juego estaba abocado a los goles, que llegaron atropelladamente en los últimos minutos. Helguera - con viejas rencillas con Simeone- se tomó muy personalmente el tanto que marcó. Parecía definitivo, pero Casillas se equivocó gravemente en un centro y permitió el empate. Los acontecimientos discurrían a tanta velocidad que la posibilidad de nuevos goles era automática. El de la victoria llegó a ultimísima hora, en un penalti discutible transformado por Figo y recibido por la hinchada con un entusiasmo indescriptible. El entusiasmo que provocan las victorias en los partidos extraordinarios.
Otro gol tras un error de Casillas
Málaga, Athletic y Lazio. Por tercera vez consecutiva, un error de Casillas torció el gesto del Real Madrid. Corría el minuto 84 cuando un centro largo de Pancaro llegaba sin mayores problemas a los dominios del guardameta madridista. Era un balón alto, fácil de blocar. Pero Casillas se comió el centro y la pelota se le fue de las manos. El balón fue a los pies de Gottardi y éste sólo tuvo que empujar. Los problemas del joven portero en las pelotas aéreas quedaron de manifiesto una vez más. Ya le ocurrió frente al Málaga, cuando tras un córner palmeó el balón hacia afuera. Pero su despeje, demasiado flojo, lo pudo cabecear sin problemas Roteta. En San Mamés, Casillas midió mal una salida fuera del área y en ese error nació el definitivo tanto de Alkiza. Ayer, el portero madridista, que había demostrado su habilidad en el uno contra uno, se tragó un centro y encajó otro tanto absurdo.
También les fue mal a Nesta y Verón. Seis jugadores estaban amenazados de suspensión, uno en el Madrid -Figo- y cinco en el Lazio. Cualquiera podía caer y perderse el siguiente partido, el que enfrentará el próximo miércoles a los mismos contendientes en Roma. Figo se libró de la amarilla. También lo hicieron Negro, Simeone y Nedved. Pero Nesta y Verón no evitaron la tarjeta y no jugarán ante su público.
El capitán del Lazio vio la amarilla por un empujón sobre Raúl en la primera parte; el centrocampista argentino lo hizo a la media hora de la segunda parte, se supone que por decirle algo al árbitro. El Lazio encarará el siguiente encuentro con las bajas de dos de sus futbolistas más importantes. El resto de amonestados fueron Makelele, Helguera, Fernando Couto y Pancaro. Ninguno corría peligro.
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