Messi
Recuerdo a gente que creó arte con una pelota, preguntándome ante el más impenetrable de ellos: “¿Y tú qué piensas, Messi?”
Negro y de familia pobre, el rey Pelé (por su genialidad, no por herencia ni por designio divino) siempre le puso buena cara al gran poder; le gustan los homenajes más que comer con los dedos. Cruyff, tan inteligente como audaz, nunca se preocupó de lo que pensaran los jerarcas sobre su genuina forma de entender el fútbol. Qué piropo el que le lanzó Valdano al afirmar que cuando alguna vez le tuvo enfrente en un partido, donde se supone que se suda infinito y se alborotan los fluidos corporales, Cruyff olía muy bien. Hubiera sido precioso y exaltante confirmar que no acudió al Mundial de Argentina por su asco a la Junta Militar, pero eso no está claro. Ver a Maradona en la cancha era un privilegio para los ojos y los sentidos del espectador. Pero el personaje, o su penosa caricatura, siempre me ha provocado grima.
Recuerdo a gente que creó arte con una pelota, preguntándome ante el más impenetrable de ellos: “¿Y tú qué piensas, Messi?”. Lo hago horas antes de que juegue el clásico. O de que no se juegue. Este hombre, definido como un autista por forofos prescindibles, ejerce en el campo de arquitecto y matemático insuperables. Pero, ante todo, es un tsunami en sus imparables arrancadas. ¿Qué opinión tiene Messi de Tsunami Democàtric? ¿Admite las razones de los unos y de los otros? ¿Qué piensa de su metodología? ¿Permanecería en el Barça si Cataluña se convirtiera en una república independiente?
Lo de fútbol es fútbol es una tontería dadaísta inmensamente popular. El fútbol es muchas cosas, algunas de ellas execrables. Y su poder es inmenso al disponer de infinitos feligreses. ¿Qué piensa su dios del estado de las cosas? Seguro que tiene opinión. Dudo que la haga pública.
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