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Blogs / Cultura
La Ruta Norteamericana
Por Fernando Navarro

La erudición musical y elegancia de Reigning Sound

Nada hay de superfluo o prescindible en la discografía del grupo liderado por Greg Cartwright

Con el mismo valor que una bendición del papa Clemente, el plácet de la intelligentsia crítica no garantiza redención alguna. A Greg Cartwright (Memphis, 1972) no hay ni que decírselo. El aficionado común difícilmente estará familiarizado con su nombre, y eso que desde hace casi 20 años viene asomando obstinado el hocico por las más granadas toperas del underground estadounidense. Compulsive Gamblers, Oblivians, 68 Comeback, Detroit Cobras, Deadly Snakes, The Parting Gifts, Reigning Sound, son solo parte de los nombres, incluido el suyo en solitario, en ese ir y venir de formaciones periféricas; sin olvidar a Mary Weiss, una de las voces de The Shangri-La´s, para la que en 2007 escribía y coproducía su álbum de reaparición Dangerous Game.

Currículo de peso, en cada uno de sus episodios ha contado con el sostén de la prensa especializada y la deferencia de los grandes festivales que pueden permitirse márgenes de riesgo, programando minoritarias delicatessens. En 2009, Reigning Sounds aparecían en un showcase de Primavera Sound. En el mismo evento, nueve años después, Cartwright intervenía en el cartel principal con los resucitados Oblivians. Ni por esas ha traspasado los cenáculos entendidos. Sigue siendo un icono menor perdido en el sotobosque de un mercado atomizado y saturado. Además, ¿a quién le interesa en 2019 otra eterna gran esperanza del rock garajero?

Alto ahí. Cartwight trasciende esa etiqueta que huele a alcanfor flequillero, precisamente gracias a Reigning Sound, una formación en origen paralela, botada en 2001, desde la que dar salida a su faceta más melancólica, incompatible en teoría con la voltáica carburación de sus otras bandas. A la postre R.S. le reportaba credibilidad entre ese público que no solo de ruido se alimenta. Ha sido al socaire de esa reputada y respetada marca, ya con seis álbumes de estudio, el más reciente de 2014, y dos en directo, que este cincuentón le ha creado un parónimo al garaje, ampliando su significado y aplicaciones. Tanto es así, que nada hay de superfluo o prescindible en su discografía, ni siquiera aquellas piezas que podrían considerarse subsidiarias.

Puede que sea ese el caso de Abdication... For Your Love, mini-álbum de ocho temas, producido por Dan Auerbach de The Black Keys, que en 2011 lanzaba Reigning Sound con propósitos promocionales, exclusivamente en descarga digital y más que limitada edición vinílica, hecho público ahora en Cd con un tema extra, nueve en total. Como sucediera en 2005 con Home of Orphans, un recuento de descartes, excede Abdication su cometido de entremés para erigirse en una deliciosa colección de pequeñas grandes canciones, recabando entidad propia. Son varios los factores que delinean ese carácter: una erudición musical y elegancia que ascienden al autor a la misma división que Alex Chilton o Ben Vaughn, la diversidad de su contenido —baladas teñidas de exotica, soul psidocélico, sunshine pop, r&b negroide, americana de factura propia, encarnaciones dylanitas, rock de sótano—, y varios buenos consejos sobre como sucumbir al amor, volver leso para contarlo y buscarse otra vez problemas.

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