Un fantasma en el desván
La neozelandesa Aldous Harding entrega un disco magnífico y lleno de luz pero al tiempo levemente siniestro
Imagine una preciosa casa en el campo. El sol entra por las ventanas, iluminando hasta el último rincón. El jardín es grande y cuidado; la temperatura, perfecta. Un lugar ideal. Sin embargo, algo resulta inquietante. Como si hubiera un cadáver enterrado en el sótano o un fantasma en el desván. Solo que ni hay sótano ni desván. Pues algo así es el tercer disco de esta neozelandesa. Pop sutil, hermoso, lleno de luz y al mismo tiempo levemente siniestro. Producida por segunda vez con extrema delicadeza por John Parish y dotada con una voz capaz de cambiar de registro en un parpadeo, Designer es un disco magnífico con toques de Air, Feist o Joanna Newsom.
Designer. Aldous Harding. 4AD.
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