Tres series criminales para ver en un atracón durante este puente
Una miniserie británica casi perfecta, un detective con aroma a clásico en pequeñas cápsulas y un monumento a lo oscuro del alma humana, propuestas para engancharse estos días
¿Puente y en invierno? Perfecto. Vale, sí, hubo un tiempo en el que los políticos proponían eliminarlos en aras de la productividad. Amén. Pero ya que existen, disfrutemos. Y una de las mejores maneras es con un binge watching, un atracón, para que nos entendamos. Proponemos para ello tres series muy distintas en su estética, sus intenciones e incluso la manera de verlas. Y, eso sí, todas del género policial, criminal, negro, como prefieran. Los cuatro capítulos de Collateral se pueden ver de una sentada sin problemas. Cada uno de los tres bloques de de dos o tres episodios con historia cerrada de Strike, también, aunque si se quieren ver los siete hace falta un poco más tiempo. Y horas, muchas, es lo que hace falta para verse esa obra de arte de la televisión llamada Fargo. Tres propuestas distintas para todos los gustos y todas las agendas que pasamos ahora a desgranar.
Collateral (Netflix)
Un repartidor de pizza muere tiroteado en una calle de Londres. Está claro que no es un crimen cualquiera porque de lo contrario no habría serie, pero el despliegue de tramas y puntos de vista de del que hace alarde desde el inicio esta producción de la BBC enganchan con calidad. Un guion de David Hare (Las horas, El lector) y una sobria dirección de S.J. Clarkson (Orange is the New Black, Dexter, Jessica Jones, The Bridge…) nos llevan por una historia que enlaza la pura investigación policial con el espionaje y el tráfico de inmigrantes. Los salarios bajos, la miseria política o el machismo también aparecen como temas sin que por ello el ritmo se resienta.
Tras la bomba argumental del final del primer capítulo, el segundo y el tercero se centran en la trama policial, llevada de maravilla por una pareja un tanto peculiar (genial la policía interpretada por Carey Mulligan en el papel de una mujer que fue una atleta famosa, un personaje dinámico, distinto y creíble). Gana enteros en la comparación con otras series británicas recientes que empiezan de maravilla pero que se caen a la mitad (sí, hablo de Bodyguard) y el final no tiene piedad ni con los personajes ni con el espectador.
Strike (HBO)
En 2013 un autor desconocido de nombre Robert Galbraith triunfaba con El canto del cuco, una novela de detectives con aroma a clásico protagonizada por el irreverente Cormoran Strike. Galbraith era en realidad J. K. Rowling quien buscaba nuevos retos narrativos tras el final de Harry Potter. Los libros, editados en España por Salamandra, tienen una serie de virtudes para los amantes del género que esta producción de BBC con Brontë Television preserva a la perfección. En la primera temporada, nos encontramos a Strike amargado por su cojera (le falta una pierna tras un ataque talibán cuando estaba desplazado en Afganistán), alcoholizado, al borde de la ruina y viviendo solo en el mismo despacho donde trata de trabajar como detective. Hasta el nombre de la agencia en el cristal de la entrada, y la luz mortecina de la sala y el abrigo del protagonista recuerdan a los clásicos. Solo su ayudante Robin y un caso en el que hay mucho dinero de por medio le salvarán de seguir la cuesta abajo. Tom Burke y Holliday Grainger, como Strike y Robin respectivamente, están impecables y gracias a ella la trama es mucho más creíble. Los dos tienen su historia (él es hijo de un niño malo del pop y una top model) y ella es una niña bien que ve cumplido su sueño y ser detective (para disgusto evidente de su novio).
Quizás falla un poco la resolución de la trama de la segunda temporada, en la que, por otro lado, las miserias del mundo editorial, los egos, las envidias y los odios están muy bien contados pero en la tercera, que adapta la excelente El oficio del mal, todo vuelve por sus fueros y la trama –que se inicia con el envío de una pierna amputada al despacho de Cormoran– se mezcla con un desarrollo oscuro y complejo de la pareja estelar y un final que deja ganas de más. Y, de nuevo, cada uno de los bloques se puede ver con independencia de los otros aunque en este caso se recomienda seguir el orden para ver, sobre todo, cómo evoluciona la compleja relación de los dos protagonistas.
Fargo (Movistar+)
"Esta es una historia real. Los hechos que se relatan tuvieron lugar en Minnesota en 2010. Por petición de los supervivientes, se han cambiado los nombres. Por respeto a los muertos, todo lo demás se relata tal y como ocurrió". El inicio de Fargo, ya mítico en la historia reciente de la televisión, nos lleva de lleno a ese universo de muerte y corrupción moral que tan bien ha sabido adaptar Noah Hawley a partir de la creación de los hermanos Coen.
¿Sirve para un atracón una serie de 10 capítulos por temporada? La respuesta es unívoca: sí. ¿Por qué? Por su calidad, porque su inmersión en el lado oscuro del alma humana engancha, por su elegancia al tratar la crueldad, por los grandes actores que intervienen, por la música, por las referencias cultas, por tratar la ficción como si fuera un true crime y no morir en el intento. Si me hacen elegir una temporada me quedo con la de Billy Bob Thorton y ese tiroteo en la nieve, a ciegas; o la tercera por Carrie Coon y el universo de vampiros financieros que crea alrededor de ese Ewan McGregor duplicado. O la primera, donde descubres que la película no ha sido traicionada, que sigue habiendo gente que busca algo de verdad y justicia en medio del horror. Ya ven que no es tan fácil. Empiecen por la que más les guste porque cada una se puede ver sin necesidad de las otras y a darse el atracón.
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