_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La chica popular quiere ser como los ‘nerds’

Que las chicas como Aitana quieran ser como nosotros, pero nosotros no queramos ser Aitana, es hermoso e inaudito

Aitana Ocaña, en la presentación de su libro.
Aitana Ocaña, en la presentación de su libro.GAA (GTRES)
Sergio del Molino

Como esto no es una cantina legionaria, no puedo transcribir los adjetivos que salen de la boca de muchos escritores y letraheridos cada vez que una estrella de la tele saca un libro, pero son fáciles de imaginar. Tengo unos cuantos amigos que llevan días burlándose con saña de la pobre Aitana Ocaña, a cuenta de su libro La tinta de mis ojos, una miscelánea de textos y dibujos que le ha traído algún pequeño disgusto por interpretar libremente los derechos de autor ajenos y que ha reconocido haber escrito con la ayuda de una coach, que supongo que es la forma millenial de llamar a un negro literario (oficio dignísimo y antaño envidiable que en inglés se dice ghost writer). Hay quien ha titulado diciendo que Aitana quiere jugar a ser escritora.

Entiéndannos: los escritores somos los pringados del patio de colegio global, así que no desaprovechamos ocasión para reírnos de los guapos que cantan bien. Nos vengamos de las veces que nos humillaron en clase de gimnasia y nos rompieron las gafas jugando al fútbol, y yo estoy a favor de la venganza, pero, en el caso de las estrellas como Aitana, creo que yerra. En primer lugar, porque las ventas de Aitana pueden sanear un poco las cuentas de las editoriales, y gracias a ellas los editores publicarán con menos remilgos nuestros ruinosos caprichos de esteta. Pero también porque Aitana, con su ambición libresca, dignifica el mundo de los libros, no lo malbarata: si una chica que goza de toda la fama que perseguía siente la necesidad de reafirmarse con un libro es porque los libros aún son una medida de prestigio, una forma de ennoblecerse. Y eso convierte a los escritores en hijosdalgo: nobles sin pasta, carpantas con levita y comedores de pan duro, pero con casa blasonada. Que las chicas como Aitana quieran ser como nosotros, pero nosotros no queramos ser Aitana, es hermoso e inaudito, y no deberíamos estropear esa magia con chistes tabernarios.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Sergio del Molino
Es autor de los ensayos La España vacía y Contra la España vacía. Ha ganado los premios Ojo Crítico y Tigre Juan por La hora violeta (2013) y el Espasa por Lugares fuera de sitio (2018). Entre sus novelas destacan Un tal González (2022), La piel (2020) o Lo que a nadie le importa (2014). Su último libro es Los alemanes (Premio Alfaguara 2024).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_