En el baúl de los recuerdos
De las excursiones dylanianas de Fairport Convention a la mezcla de jazz y rap de Guru. En la era del fin de la música en formato físico, el sector de las reediciones vive su edad de oro
Fairport Convention. A Tree With Roots. Island
Fairport Convention, ya saben, puso la piedra angular para el proyecto de electrificación del folk británico, una idea que tuvo poderoso eco al otro lado del canal. Sin embargo, solemos olvidar que el grupo jugaba a dos barajas en sus inicios. Practicaba también un folk-rock al gusto californiano, recurriendo a temas frescos firmados por Joni Mitchell, Gene Clark, Richard Fariña y, sobre todo, Bob Dylan. Esta recopilación de feliz portada se centra en el cancionero dylaniano, con alguna libertad (‘The Ballad of Easy Rider’ es de Roger McGuinn). Se trata, cierto, de una muy heterogénea colección, que cubre desde 1968 a 1977, a veces con grabaciones live de batalla. Tres de los temas, advierto, corresponden a aventuras de Sandy Denny fuera del grupo matriz. Pero nadie se quejará ya que, aparte de la punzante guitarra de Richard Thompson, la gran baza de Fairport Convention era la extasiada voz de Sandy. Sin menospreciar la voracidad creativa del resto del grupo, expertos en conseguir buen repertorio: tuvieron acceso al ramillete de canciones inéditas de Dylan conocido como “las cintas del sótano” y usaron su imaginación. De hecho, esa era una cualidad de la que hacían alarde. El disco se abre con su único éxito en single, la lectura de ‘If You Gotta Go, Go Now’, canción petulante de Dylan a la que ellos quitaron hierro al recrearla al gozoso modo cajún, con letra en francés; seguramente, la primera vez en que aquella música rural de Luisiana se colaba en las listas europeas. Diego A. Manrique
David Sylvian & Holger Czukay. Plight & Premonition / Flux & Mutability. Gröndland Records, 2018
David Sylvian y Holger Czukay (miembro fundador de Can) se conocieron en la grabación de Brilliant Trees (1984), el primer trabajo de Sylvian tras disolver Japan. En el disco participaron algunos de sus colaboradores habituales, como Ryuichi Sakamoto y Steve Jansen, pero la aportación de Czukay dotó al álbum de una explícita —aunque todavía incipiente— apertura hacia sonidos más experimentales. Holger Czukay también fue parte del siguiente lanzamiento de Sylvian, Alchemy. An Index of Possibilities (1985), grabación tras la cual el miembro fundador de Can invitó a Sylvian a participar en un tema de Rome Remains Rome (1987): la complicidad de ambos músicos en estas sesiones derivó en una noche completa de improvisaciones en el estudio que resultaron en Plight & Premonition (1988), dos largas y evocadoras piezas instrumentales de ambient experimental construidas a base de radiofrecuencias, tratamientos de cinta analógica (Czukay), sintetizadores y melódicos contrapuntos de guitarra y piano (Sylvian) que hoy son consideradas el germen de los discos más radicales que realizó Sylvian a principios de los dos mil. En Flux & Mutability (1989) el dúo firma dos nuevas impros: ‘Flux’ (dirigida por Czukay) incorpora a los miembros de Can Jaki Liebezeit (percusiones) y Michael Karoli (guitarra), además de a Markus Stockhausen (fiscorno); juntos interactúan sobre sintetizadores y dictáfonos en un corte rítmico cercano al posrock más amable. ‘Mutability’ (dirigida por Sylvian) es ambient llevado a su esencia: de fondo múltiples sintetizadores, y en primer plano arreglos preciosistas y oscuros de guitarra procesada. Estos dos álbumes seminales se reeditan por primera vez en un solo disco cuidadosamente remasterizado con nuevas notas críticas de David Toop.Álex Sánchez
Guns N’Roses. Appetite for Destruction. Geffen Records (Universal)
La vuelta a los escenarios de los mastodónticos Guns N’Roses ha traído consigo la reedición de su mejor y más alabado disco, el debut Appetite for Destruction, 31 años después. Se trata de un disco para fans, una edición de lujo con los 12 temas originales y otros ¡39! que justifican el acontecimiento. Aunque algunas canciones son ya conocidas —porque forman parte de su siguiente disco, Lies—, hay otras completamente inéditas, la rockera ‘Aint’ Goin’ Down’, un acercamiento al blues en ‘The Plague’, y el jam instrumental ‘New Work Tune’. Aun así, lo realmente interesante de este Appetite for Destruction Deluxe son las versiones en directo y las sesiones en estudio, estas últimas desconocidas para el gran público. La mayor parte del contenido data entre 1986 y 1987, un momento de cohesión total musical para el grupo, que sorprende por su sonido sin efectos, crudo, rápido y efectivo. Por otra parte, no deja de ser notable que en esas grabaciones encontremos ya ‘November Rain’ o ‘Back Off Bitch’, temas que no verían la luz hasta 1991, pero que demuestran que el mejor contenido de Guns N’Roses es, precisamente, el de finales de los ochenta, y que denota mucha más madurez de la esperada en un disco de debut. Pese a tratarse de un contenido pensado para el fan acérrimo, es imposible escuchar Appetite for Destruction actualmente sin tener en cuenta que hasta sus haters le reconocen mérito. Lo dicho: el mejor disco del grupo llega ahora como la radiografía de una banda en su mejor momento. Lucía Lijtmaer
Guru. Jazzmatazz: Vol. 1 25th Anniversary Edition. Universal / Urban Legends
Con el fin de conmemorar el 25º aniversario de la primera de las referencias de Jazzmatazz, proyecto del finado rapero Guru en el que el artista se convirtió en pionero de la más explícita fusión entre jazz y hip-hop, este año se han lanzado dos reediciones de este apabullante clásico. Una en vinilo azul de 180 gramos (5.000 copias) y otra más extensa que contiene tres vinilos. En esta última, además del álbum original, se incluye otro con versiones instrumentales y un tercero con rarezas y caras B. Antes de que el exintegrante de Gang Starr se alineara con popes del género como Roy Ayers (al vibráfono) o Branford Marsalis (al saxo) para este Jazzmatazz, ya habían existido guiños al hip-hop desde artistas adscritos al jazz contemporáneo y decenas de temas de hip-hop con sampleados de clásicos mayores y menores del jazz, pero ninguno tan logrado y con tanta relevancia como este. Además de con instrumentistas, Guru compartió espacio en las 12 joyas que componen el largo con vocalistas como Dee C. Lee (Style Council) o el rapero francés MC Solaar. A este disco le siguieron tres entregas más y decenas de proyectos similares de artistas que vieron en esta fórmula la manera de hacerse respetar (si procedían del hip-hop) o de actualizarse (si llegaban desde el jazz). Unos fueron mejores que otros, pero ninguno tan grande como este.Xavi Sancho
Miles Davis. Miles Davis & John Coltrane. The Final Tour / The Bootleg Series Vol. 6 Sony / Legacy
En la primavera de 1960, Miles Davis emprendió un largo viaje por Europa que representó dos hitos en su carrera: fue su primera gira como líder en el viejo continente y el último capítulo de su colaboración con John Coltrane. Ninguno de los dos estaba contento: Davis ya sabía que Coltrane le abandonaría al volver a EE UU. La música del quinteto de Miles en esta gira es el sonido de la fricción en su mejor definición. Coltrane está ya inmerso en el desarrollo de su propia música y sus solos frenéticos y desbocados provocan tensión dentro del grupo, e incluso algunos abucheos entre parte del público, que no entiende los innovadores avances del saxofonista. El quinteto intenta buscar armonía en la falta de cohesión y el resultado es tan vibrante como genial: incluso contra las cuerdas y a disgusto, la química entre ellos es extraordinaria. Construida a partir de grabaciones previamente editadas por numerosos sellos europeos, Legacy presenta por fin una edición cuidadosamente masterizada en la que la calidad del sonido ha primado en la selección de cinco conciertos de aquella gira. Pocas veces en la historia del jazz ha sido tan productivo el desencuentro artístico de dos músicos. Yahvé M. De La Cavada
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