Elisabeth Moss, el último icono feminista
De ‘Mad Men’ a ‘The Handmaid’s Tale’, la actriz abandera el cambio de Hollywood y continúa su éxito imparable con una nueva candidatura a los Emmy
La primera temporada de The Handmaid’s Tale, cuyo final se puede ver hoy en abierto en Antena 3 (22.40), se estrenó con el reciente ascenso de Donald Trump en EE UU y su inmediata amenaza a los derechos de mujeres e inmigrantes. La segunda temporada (acaba de finalizar, en España se puede ver al completo en HBO) llegó esta primavera en pleno auge del movimiento #MeToo. Entre las dos, las capas rojas y gorritos blancos, los uniformes que llevan las criadas de la serie, encabezadas por la actriz Elisabeth Moss como Defred, se convirtieron en icono de lucha feminista. La actriz, que ganó el año pasado el Emmy, acaba de conseguir su segunda candidatura por este papel.
“Nunca he interpretado una historia que fuera tan cercana a la realidad que me rodeaba”, dijo la actriz en la promoción de esta segunda temporada que acaba de terminar y ha mantenido el fenómeno del año anterior. “Las líneas [entre realidad y ficción] han sido mucho más borrosas que en cualquier otro papel. Pero también es muy catártico coger parte de esa rabia y frustración que siento como ciudadana y llevarla a una historia en la que creo”.
Elisabeth Moss asegura que nació feminista. Educada en Los Ángeles en un ambiente “liberal y artístico” por su madre, armonicista profesional, y su padre, también músico, la actriz siempre se consideró feminista. “Pero como muchas mujeres de mi generación, nunca pensé que tenía que luchar por ello”, dice. Ha sido su profesión, en la que empezó con seis años en la miniserie Lucky Chances junto a Sandra Bullock, la que le ha ido abriendo los ojos y en la que se ha descubierto en una posición desde la que no solo ser parte de esa lucha feminista, sino adalid y altavoz del movimiento.
Primero fue en su papel de hija adolescente del presidente en El Ala Oeste de la Casa Blanca. Aunque un personaje secundario, tenía el suficiente peso en temas claves y críticos. Después, solo un año después, llegó la serie por la que alcanzó la fama, Mad Men. En ella, sin esperarlo, su personaje Peggy Olson, que pasaba de secretaria a creativa, se transformó en ejemplo y hasta meme viral de empoderamiento de la mujer.
En siete temporadas, Moss logró una nominación a los Globos de Oro y seis a los Emmy, pero no ganó ninguna. Por entonces, Don Draper seguía acaparando la atención. Sin embargo, fue acabar Mad Men y se demostró que la actriz había dejado huella. No tuvo ningún problema en seguir encontrando trabajo en el medio que quisiera. “Creo que he tenido suerte de estar involucrada en buena televisión, porque nunca he sentido que tenía que hacer una transición al cine”, dice. “Hago las dos cosas, y también teatro, solo busco buenos directores”. Una búsqueda que le ha llevado a trabajar con cineastas americanos, autores europeos (High-Rise, The Square) y a volver a televisión de la mano de Jane Campion en Top of The Lake y de una autora y obra de culto, Margaret Atwood y su El cuento de la criada (The Handmaid’s Tale).
En este último salto, el que ha hecho de Moss la actriz del momento, “la Meryl Streep de su generación”, según la llamó la creadora de la serie Girls, decidió involucrarse como productora. “Como alguien que lleva un tiempo en esta industria creo que tiene que haber más mujeres detrás de las cámaras, más mujeres tomando decisiones”, comentó entre las razones por las que decidió empezar a producir la serie y sigue ahora con películas.
Su carrera parece imparable. Con el éxito de la segunda temporada de The Handmaid’s Tale llegaron el Globo de Oro y, por fin, su primer Emmy. “Cuando empecé a los seis años, jamás pensé que lo que más me gustaba en el mundo serviría para dar poder a las mujeres o hacerlas sentir más fuertes viéndose a través de mis personajes”, dijo después de los premios. Ahora la crítica e internet ya hacen campaña para que gane otro Emmy por esta nueva temporada. Y la siguen colocando en primera fila del giro feminista en la industria, un papel que acepta encantada, como su Defred.
La sombra del éxito
Mientras sigue recibiendo felicitaciones por The Handmaid's Tale de fans anónimos y muy populares, como Oprah (a quien después de declararle su amor invitó a participar en la segunda temporada); y vuelve al cine (La gaviota será su próximo estreno y ahora rueda su primera comedia, The Kitchen), solo una sombra se cierne sobre Elisabet Moss: la Cienciología, la iglesia a la que pertenece desde pequeña y del único tema que evita hablar en entrevistas, aunque lo lleva más abiertamente que otras estrellas, como Tom Cruise. Tras los discursos dedicados al MeToo al recoger sus premios, la acusaron de hipócrita por hablar así siendo ciencióloga. Y su religión pudo ser la causa también de su divorcio con el cómico Fred Armisen.
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