Zarigüeyas incluidas
'Future Man' juega con las reglas de los viajes en el tiempo para destrozarlas a base de comedia
El primer logro de Future Man (entera en HBO España) es hacer una comedia de ciencia ficción que es consciente que todo gira alrededor de las películas que homenajea, con Terminator, Starfighter y Regreso al futuro al frente, y que lo consigue sin vergüenza alguna. El segundo logro, y quizá mayor, es la capacidad de sus productores, Seth Rogen y Evan Goldberg, de mezclar humor bruto y directo con momentos sutiles e incluso tiernos de una forma natural, como tan bien bordaron en la película Supersalidos. Hay chistes de eyaculaciones, limpieza de uretras de zarigüeyas y sobre el herpes. Pero también tiene bromas ingeniosas y elegantes. Y referencias a la ciencia ficción y a los videojuegos (cada vez que los dos combatientes del futuro luchan, narran sus movimientos de ataque como si fuera el Street Fighter).
La premisa de la serie es una copia de la citada Starfighter. Un joven se termina un videojuego, algo que parecía imposible para cualquiera, que en verdad es una prueba para seleccionar al guerrero definitivo que logre salvar a la humanidad. Y ese guerrero resulta ser un pardillo. Por el medio, viajes en el tiempo que suponen constantes cambios de la historia de los personajes, continuas citas de películas de ciencia ficción y un trío protagonista que lo borda, con Josh Hutcherson a la cabeza (que pasa de ser el sosainas de Peeta de Los juegos del hambre a una perfecta extensión de Michael J Fox y su Marty McFly de Regreso al futuro) y la pareja de sicarios del futuro formada por Tiger (Eliza Coupe) y Wolf (Derek Wilson). La evolución de estos dos últimos personajes, que deben de aprender cómo funciona el pasado (desde los años cuarenta hasta el presente) es de lo mejor de la serie.
Future Man juega con las reglas de los viajes en el tiempo y sus paradojas para destrozarlas y, como dijo a este periódico Seth Rogen, hacer lo que les dé la reverenda gana. Esto no significa que esta ficción sea innovadora y rompedora, para nada. Quiere decir que no se debe esperar lo típico. Es un entretenimiento en el que el espectador tiene que dejarse llevar por los caminos del gamberrismo bien elaborado. Zarigüeyas incluidas.
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