¿Verá este documental sobre Siria Donald Trump?

Los hermanos Mardwan y Ardwan, junto a sus mujeres e hijos, dos niños de 8 y 9 años y otros seis que van desde los 5 años a los dos meses, malviven a las afueras de Alepo, Siria, la ciudad donde han dejado sus casas y negocios. Están en la parte trasera de un camión, tapados con una manta, temblorosos y rezando por conseguir cruzar la frontera con Turquía, huyendo de las bombas que les sobrevuelan cada noche en una pequeña habitación en la que todos se recluyen, entre alfombras, cacerolas y juguetes. Son los protagonistas de El infierno en la Tierra: la caída de Siria y el ascenso del Isis, una película documental de Sebastian Junger y Nick Quested que National Geographic estrena este domingo 18 (22.30), y que aborda el conflicto sirio y la crisis de los refugiados desde una visión íntima y humana.

El documental, de más de hora y media de duración, hace un repaso histórico desde el inicio del conflicto sirio y las primeras protestas contra Al Assad en la ciudad de Daraa, en 2011, hasta los atentados yihadistas de Niza, París o Alemania: “Queríamos establecer un equilibrio en el documental y que se dividiera en tres líneas: las historias de las familias y sus dificultades para escapar; la guerra desde las primeras manifestaciones y los hechos más cercanos a la actualidad; y las consecuencias y los daños colaterales del establecimiento del ISIS en la zona, contada a través de la propaganda que hace el Estado Islámico y cómo la venta ilegal de petróleo y obras de arte como fuente de financiación afecta a su desarrollo y auge, así como ponerlo en contexto de cómo otras sociedades han sufrido lo mismo en otros momentos históricos, incluidos los Estados Unidos”, explica por teléfono Junger.

La voz en off del que fuera director de Restrepo, un documental sobre la guerra de Afganistán que Junger dirigió junto a Tim Hetherington y que obtuvo el Gran Premio del Jurado en Sundance, acompaña y explica las imágenes más duras del conflicto sirio, desde el ataque con armas químicas de Al Assad en Guta en 2013, al genocidio de la minoría yazidí en Sinjar, capital del Estado Islámico en 2014. Las opiniones de periodistas y de expertos de oriente medio se suceden con las entrevistas a John McCain, firme crítico de la política de no intervención del presidente Barack Obama, además de a personajes polémicos como Michael T. Flynn, el general asesor de seguridad nacional en EE UU durante 24 días con Donald Trump, que dimitió tras mentir sobre sus contactos con Rusia. “Su testimonio es importante porque dice la verdad, queríamos entrevistarlo igualmente, y el hecho de que cambiara de opinión por puros intereses políticos hace más valiosa su entrevista”, asegura por teléfono el director Nick Quested.

La cámara vuelve al camión en el que la familia de Mardwan y Ardwan consiguen llegar a Turquía. Allí se dirigirán hasta Izmir para lidiar con los traficantes que los subirán a una barca que les cruce a Grecia, una de las rutas que hacen cada día los cientos de miles de refugiados que buscan asilo en Europa. “El problema no es de los refugiados, sino de cómo los políticos populistas utilizan la crisis migratoria como arma para hacer su propio juego. Esta familia es de clase media y queríamos enfatizar que ellos podrían ser tú o yo salvando a sus familias si atacan a una ciudad como las nuestras”, opina Quested, preguntado sobre la dureza de las leyes migratorias en los países fronterizos y la incomprensión de la sociedad ante la situación de los refugiados. “Mi propio padre fue un refugiado de guerra y todos sus amigos y sus hijos, mis amigos, son refugiados de guerra que vinieron a Estados Unidos a hacer su vida. Viendo la humanidad y los valores de la gente que sufre una guerra como la de Siria, hará que podamos seguir siendo el país que siempre ha recibido a los demás”, añade Junger.

¿Creen que Trump verá este documental?

— ¿Que si Trump verá este documental? ¿Qué crees, Nick?, pregunta Junger con tono socarrón.

— Va a ser programado en Fox en Estados Unidos, así que hay una gran posibilidad de que Trump lo vea.