“Esto no es una novela, aquí me juego la vida”
Iolanda Batallé explica por qué se lanzó a la aventura de crear la editorial Rata: para editar libros escritos desde la necesidad
¿Alguien sabe por qué se le llama ‘ratón de biblioteca’ a esos seres cuyo hábitat más agradable es cualquier estancia repleta de libros que le arropen? El otro día conocí a la madre de una rata, pero no era una cualquiera. Era la madre de la editorial Rata, fundada hace casi tres años por una mujer que siente pasión por los libros que publica y por las personas que los escriben. “Después de veinte años en el mundo editorial, me llegó la propuesta de crear una editorial propia y yo pensé, ¿una editorial para qué?”, explica la escritora y editora Iolanda Batallé. “No hemos de olvidar que una editorial siempre es un discurso y el de Rata Books es publicar sólo los libros que un escritor necesita escribir y que yo, como editora, necesito publicar”, confirma Batallé.
Casi como una prueba del algodón, Iolanda tiene una particular costumbre para decidir los libros que edita: “Hay libros que me gustan y libros que necesito regalar. Cuando tengo esta necesidad de regalarlos, es cuando digo que ese libro es Rata”. En un mercado especialmente saturado como el editorial, llama la atención que una profesional con dos décadas experiencia se haya decidido por crear otro sello nuevo: “Podemos pensar que el mercado está saturado pero yo no considero esto ni un mercado ni una industria. Y la gente que lee los libros no son consumidores, sino lectores. Lo importante es pensar que esto no es una industria, que esto es la vida.”, explica la editora.
Pero, ¿por qué Rata?: “La palabra Rata me escoge a mí, no yo a ella. Estuve casi un año dando vueltas. De golpe un día, llegando al pueblo con la familia exclamé... ¡Rata!". Como los roedores, que son animales subterráneos que se meten en todos lados, que son constantes y contundentes, la editorial pretende también ser un nombre que no se olvida, precisamente la misma cualidad que intenta impregnar a los libros que publican. Nueve son las ratas que Iolanda publica al año. Por esta razón, el filtro para llegar a esa selección final es muy severo y, ciertamente, trascendental: “Los libros son personas y yo lo que siento es el que escritor me está haciendo un regalo a mí y yo necesito regalar esto a los lectores de España”, concluye Iolanda.
En Rata Books conciben un libro como una cadena de entusiasmo que parte del escritor, pasa al editor, al librero, a los periodistas y, finalmente, al lector. “Lo que hacemos en Rata son libros a partir de personas que vivimos, leemos y sufrimos”, explica Batallé. Ahora que ya hay siete libros en la calle, es posible hacer un balance de lo publicado hasta el momento, sobre todo, cuando costó tanto encontrar el primero: “Pasaron nueve meses hasta que encontré el primer manuscrito que yo consideré que cumplía los requisitos de Rata. Ese libro fue el de Natalia Carrero, Yo misma, supongo. El siguiente fue Diarios del Sáhara, de Sanmao”. Siendo autoras tan distintas, ambas partían de una necesidad: “Confirmar que esto no es una novela, que aquí me estoy jugando la vida. Este es el criterio básico”.
Intentando un complejo equilibrio entre las traducciones y culturas distintas con autores españoles y latinoamericanos, el último libro que Rata Books ha editado se ha revelado ya como una auténtica joya: “Me enamoré del texto de La vegetariana muchoantes de le dieran el Booker Prize a Han Kang”. Una novela que explica la peripecia de una mujer en un país carnívoro que, de pronto, decide no comer carne. Una mujer que en medio de una sociedad violenta decide, de pronto, convertirse en una persona extremadamente pacífica.
En estos años los impedimentos han sido inevitables pero Iolanda Batallé, haciendo honor a su apellido, los ha combatido: “¿Qué son obstáculos cuando estás haciendo la pasión de tu vida? Cuando haces lo que quieres, los obstáculos son partes del camino”. En los últimos meses, a Iolanda le ha encantado un libro publicado por Errata Naturae, Buenos días, guapa, de Maxie Wander: “Me parece buenísimo y me habría gustado mucho que fuera Rata. Esto es lo mejor que puedo decir de un libro. Eso y que llevo comprados seis ejemplares para regalarlos”, comenta entre risas Batallé.
En esta ocasión, más que en ninguna otra, me resulta innecesario hacerle la última pregunta: ¿Por qué crees en los libros?. Su respuesta es rotunda: “Mi convencimiento es que hay que creer, confiar y escuchar a las personas. Sobre todo a las silenciadas. Y en Rata, por supuesto, cada libro es una persona”.
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