La televisión pública reclama su despolitización
Los trabajadores piden informativos independientes y critican los nombramientos en ‘Los desayunos’ y el ‘TD-1’
Desde hace varias temporadas, una gran mayoría de los dirigentes socialistas y de otras formaciones de izquierda que acuden como invitados a los programas informativos de TVE lucen en la solapa un lazo naranja. La iniciativa, impulsada por los trabajadores de la corporación, nació como una expresión en favor de la televisión pública y, por extensión, como un toque de atención sobre la necesidad de defender una programación independiente y de calidad. Con el tiempo, se ha convertido en un gesto de protesta contra la actual etapa de gestión, encabezada por el periodista José Antonio Sánchez, designado presidente de RTVE en 2012 con el único respaldo de los diputados del PP.
Con 60 años recién cumplidos, la televisión pública reclama un hueco en la primera línea del debate político. La audiencia está bajo mínimos (TVE-1, el canal estrella, registra a menudo cuotas de pantalla por debajo del 10%), la parrilla se diferencia poco de la de los operadores privados, y los telediarios están permanentemente cuestionados por su inclinación a favor del Gobierno.
Las críticas no solo proceden de los partidos de la oposición. Los propios trabajadores advierten del declive de la cadena y del deterioro de uno de sus pilares fundamentales: los servicios informativos. A este clima contribuye la contratación de periodistas “afines al PP” para desempeñar los puestos clave. El malestar se ha redoblado esta semana como consecuencia de dos polémicos nombramientos: el de Elena Sánchez Pérez como directora adjunta de Los desayunos, y el de María José Sastre como editora del Telediario 1.
Sánchez, exdirectora de La mañana, se incorporó a TVE tras haber sido responsable de comunicación de la exalcaldesa de Madrid Ana Botella y de Eduardo Zaplana cuando este ocupaba el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Sastre, hermana de la actual directora de Contenidos de TVE, Carmen Sastre, atesora una breve trayectoria profesional en televisión. Ambas circunstancias han conducido a los trabajadores de los informativos de la cadena a hablar de “nepotismo” y a denunciar “una nueva utilización de lo público para satisfacer intereses privados”.
Teóricamente, los principales partidos apuestan por un modelo desgubernamentalizado, despolitizado, transparente y con una financiación estable. Representantes del PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos abogaron la semana pasada durante un debate en la Universidad Rey Juan Carlos por alcanzar un gran acuerdo sobre el futuro de RTVE. La actual coyuntura política favorece un pacto, remarca el profesor Mario García de Castro, coordinador de esta jornada. “Reclamar la profesionalización y despolitización de la televisión pública ha sido hasta ahora un canto al sol. Pero el nuevo escenario político obliga al PP a llegar a soluciones de consenso”, dice García de Castro.
Una de las claves del consenso es establecer el mecanismo de elección del presidente y de los miembros del Consejo de Administración de RTVE. La ley de 2006 exige dos tercios del Congreso, pero, tras las elecciones de 2011, el PP modificó la norma para que solo fuera necesaria mayoría absoluta. Ahora todos los partidos, a excepción del PP, son favorables a retomar la mayoría reforzada y también defienden mayor transparencia en la gestión y contratación de contenidos y no externalizar los informativos.
Otro aspecto conflictivo es el modelo de financiación. RTVE estima que en 2016 cambiará la tendencia negativa (el año pasado cerró con déficit de 134 millones) y concluirá el ejercicio en situación de equilibrio. “Será la primera vez, desde la aprobación de la ley de financiación en 2010, que RTVE alcance un equilibrio en sus cuentas anuales”, asegura la empresa.
Un año sin control parlamentario
La corporación RTVE lleva un año sin someterse al examen del Parlamento. Esta semana se ha constituido al fin la Comisión Mixta de Control, formada por diputados y senadores, que estará presidida por Emilio del Río (PP), quien se impuso a la candidata de Podemos, Noelia Vera.
Del Río promete “talante y voluntad de diálogo”, mientras el portavoz socialista, José Miguel Camacho, considera “insostenible, desde el punto de vista económico, de calidad y credibilidad”, la situación actual, y plantea la necesidad de llegar a un acuerdo “entre todos o entre la mayoría” para que, “como mínimo”, la televisión pública sea “plural”.
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