Guadalupe Nettel: “La juventud está sobrevalorada”

En los últimos tres años, la escritora mexicana (1973) ha cultivado tres géneros distintos: la novela (Después del invierno), el cuento (El matrimonio de los peces rojos) y el ensayo (Octavio Paz. Las palabras en libertad). Los dos primeros tuvieron premio: el Herralde (de Anagrama) y el Ribera del Duero (de Páginas de Espuma).

—¿Qué libro le hizo querer ser escritora?

—Muchos. Historias extraordinarias, de Edgar A. Poe, y La metamorfosis, de Kafka, entre ellos.

—¿Y cuál ha sido el último que le ha gustado?

— Un bene al mondo, de Andrea Bajani.

—¿Qué libro no pudo terminar?

—La fenomenología del espíritu.

—¿Qué libro ajeno le habría gustado escribir?

—Las flores del mal.

—De no ser escritora le habría gustado ser…

—Bióloga.

—Cuando lee la expresión “locura suave” —que se ha usado para usted—, ¿en qué autores piensa?

—Si dicen eso es porque no me han visto enfadada. En Raymond Queneau, Robert Waltzer, Ezra Pound, Elena Garro, Hölderlin y Carson MacCullers, pero lo de ellos tampoco era tan suave.

—¿Qué pieza musical usaría como autorretrato?

—Spiegel im Spiegel, de Pärt.

—¿Qué suceso histórico admira más?

—Me gustan las rebeliones. La toma de la Bastilla, por ejemplo, o la huida de Sobibor.

—¿A qué ciudad le gusta viajar regularmente?

—A París.

—¿Cuál es la película que más veces ha visto?

—Antes de tener hijos, Fanny y Alexander; ahora, El libro de la selva.

—¿Trasnochar o madrugar?

—Trasnochar.

—¿Qué encargo no aceptaría jamás?

—Colaborar con la censura artística o literaria.

—¿Qué está socialmente sobrevalorado?

—La juventud.

—¿A quién le daría el próximo Premio Nobel de Literatura?

—A Philip Roth.