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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Llantos

El drama estaba en la palapa. Todo eran llantos y crujir de dientes. Jorge Javier comenzó la gala bajando unas escaleras que para sí quisiera en su día la mismísima Celia Gámez

Ángel S. Harguindey

En alguna radio se oía que "la nave impulsada por energía solar ha llegado este martes tras cinco años de viaje... y dará 37 vueltas antes de estrellarse contra su superficie". Por un momento pensó que hablaban del próximo Gobierno pero no, era del viaje de Juno a Júpiter. Los que sí hablaban del próximo Gobierno eran los tertulianos de La noche en 24 horas. Más que hablar, profetizaban: diseccionaban lo que iba a pasar en el próximo Comité Federal del PSOE. Son analistas del futuro aunque con frecuencia se estrellen antes de dar 37 vueltas al tema. De enciclopedistas a futurólogos: no conocen límites.

Pero el drama estaba en la palapa. Todo eran llantos y crujir de dientes. Jorge Javier comenzó la gala bajando unas escaleras que para sí quisiera en su día la mismísima Celia Gámez. Todo era lujo hasta que conectaron con Honduras. ¿Qué sería un reality sin desdichas? Y para calamidades, las de Suso. No sé cuántas semanas después de hambre, tormentas y cocos recalentados, el catalán desató su ira sobre Yola, pararrayos de todas las calamidades: "¡cagá!, ¡cagá!, ¡cagá!, cagá!...", repetía una y otra vez con la misma constancia que los políticos repiten sus mantras sobre Gobierno de coalición, o tender la mano, o votaremos no..., y todo porque la mencionada Yola le había nominado. Intervino Jorge Javier con un tono adusto para tratar de calmar las aguas, incluso pidió a los concursantes que no usaran términos como "tonta" y "retrasada" con el que calificaban a la impávida Berrocal. Un sinvivir.

Los profetas del Canal 24 horas comentaban en ese momento el desmadre de Vueling: más de 8.000 ciudadanos compuestos y sin aviones, cinco días sin explicaciones y un comunicado final del presidente de la compañía en el que pedía disculpas pero no dimitía. Mientras tanto Steisy, expulsada, lloraba a lágrima viva. Mila y Yola, salvadas, lloraban a lágrima viva y Lara Álvarez cerraba la palapa a lágrima viva. Entonces supimos que el gran superviviente es Mariano Rajoy.

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