En la mente de River

Hay series de las que es mejor saber lo menos posible cuando se llega a ellas, series que sorprenden desde el primer minuto y que es mejor disfrutar en un estado de virginidad total. River, emitida a finales de 2015 por la BBC y que desde hace escasos días está disponible en Netflix, es una de ellas.

River es un drama policial. Pero en esta ocasión, el caso investigado solo es una excusa para presentar al protagonista, un hombre poco corriente que va por la vida con unas cargas emocionales que le afectan profundamente en todo lo que hace. Escrita por Abi Morgan, creadora de la serie The Hour y guionista de la película Shame, River es una vuelta de tuerca al thriller policial con altas dosis dramáticas, un género muy trillado pero en el que algunos todavía son capaces de encontrar resquicios para innovar.

River es una serie de detectives, sí. Pero sobre todo, es un estudio psicológico de su protagonista, interpretado con brillantez por Stellan Skarsgård, actor sueco cuya cara suena de papeles en El indomable Will Hunting, Mamma Mia!, Piratas del Caribe o Los vengadores y que aquí dibuja a la perfección la humanidad, contención y desolación de este detective. John River no es un policía cualquiera. Le pesan los años y todo lo vivido en ellos. No es fácil para él ni para los que le rodean.

River es una loa a la melancolía, a la soledad del que no querría estar solo pero está condenado a ello, a la tristeza de saber que la vida te obliga a seguir adelante pase lo que pase. Una serie que utiliza su argumento para ahondar en el alma humana y llevar al espectador desde la inquietud por conocer el siguiente paso en la investigación hasta el borde de las lágrimas. No es fácil emocionar con una historia de policías, pero esta serie lo consigue.

Posiblemente este sea, junto a Happy Valley, uno de los dramas policiales más originales del último año. Ya hemos contado demasiado. Mejor no saber más y disfrutar de la belleza, el dolor y la intensidad de River.