¿En serio?

Al no poseer esas pantallas en formato de smartphone, iPad, tableta, e-book, puedo permitirme en mis paseos sin destino fijo algo tan insólito como mirar a los transeúntes, el cielo, los árboles. Es la parte agradable. La heroica consiste en esquivar a los que van a chocar contra ti porque caminan concentrados en esos aparatos que al parecer contienen toda la sabiduría y las respuestas del universo. También hay que hacer virguerías para que no te atropellen ciclistas, motoristas y patinadores que han decidido que las aceras son suyas sin que ningún guardia les quite la razón.

Debido a esa vocación por observar lo que ocurre a mi lado, aunque casi siempre ande ensimismado en mi desdicha, constato que mi calle está abarrotada de carteles con las fotografías de un señor y una señora que, al parecer, son los que más mandan en el país (después de los banqueros), a los que acompaña un lema surrealista: España en serio. Me pregunto quién ha sido el genio del marketing o maestro del sarcasmo al que se le ha ocurrido eslogan tan cómico, solo entendible para los habitantes del limbo. Bueno, cualquier cosa que te despierte la carcajada es de agradecer.

También es muy graciosa la matraca de Florentino Pérez sobre la campaña que han montado los medios (hay que tener morro) contra su egregia persona y esa pesadez tan negociable de que el Real Madrid es el mejor del mundo. Provoca escalofríos que uno de los mayores poderes financieros del país, el boss de ACS, sea tan torpe en cuestiones burocráticas como el dadaísta fichaje de De Gea, y que nos larguen de la Copa por un error que no cometería ni un bebé. Asegura el gran demócrata que todos los que le pedimos cuentas por tanta barbaridad somos de Ultra Sur. Y yo sin enterarme de que mis ídolos secretos eran Franco, Hitler, Mussolini y Ochaíta. ¿Por qué se empeñan en ofender al sentido común los de España en serio y el ser superior?