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EN POCAS PALABRAS

Mikel del Ferro: “Soy alérgico a las divas y los arrogantes”

El pianista se siente un curioso chiquillo con ganas de crear sobre el escenario

Mike del Ferro.
Mike del Ferro.

En el último festival Música No Claustro de Tui (Pontevedra) ofreció improvisación jazzística con un órgano barroco. Cosas de un viajero nato que, tras visitar 110 países, no sabe de fronteras.

—¿Qué tal su debut como organista?

—El órgano y el piano solo tienen en común las teclas. Todo lo demás cambia: el registro, la dinámica, la imposibilidad de sostener las notas.

—¿Qué hace un pianista de formación clásica en el jazz?

—Respeto y aprecio mucho la música clásica, pero descubrí que limitarme a interpretar, a repetir lo ya escrito, no era lo mío. Me estresaba la posibilidad del error. Por eso prefiero improvisar, crear algo nuevo sobre el escenario.

—Su padre era tenor y actuó con María Callas. ¿Qué huella le dejó?

—Enorme. Me recuerdo escuchando canciones napolitanas y arias como Una furtiva lágrima cuando estaba casi en la cuna.

Si alguien es poco agradable, prefiero no trabajar con él. Incluso aunque tocara mejor que Dios

—¿Recuerda algún consejo de sus años como brazo derecho del armonicista Toots Thielemans?

—Me enseñó muchísimas cosas, sobre todo a frasear las melodías, a tocar de manera lírica. Un día me pidió: “Céntrate en el espacio que va desde la sonrisa hasta la lágrima”. Desde entonces, eso es lo que intento siempre.

—¿Por qué le gusta tanto colaborar con otros músicos?

—Si interactúas con alguien valioso, serás el doble de mejor músico. Y en cuanto a mentalidad, soy alérgico a las divas y los arrogantes. Si alguien es poco agradable, prefiero no trabajar con él. Incluso aunque tocara mejor que Dios.

—¿Qué es lo mejor de viajar?

—He cumplido 50 años, pero me siento un tipo curioso como un chiquillo. En cualquier rincón del mundo sé que me voy a sorprender.

—¿Cómo marcha su proyecto de 10 discos para Challenge Records?

—Me siento muy afortunado, como un reconocimiento a muchos años de música y viajes. Se titula Canciones inspiradas como errante por el globo; voy a empezar a grabar el cuarto, inspirado por la ópera, y en el sello aún no me han hecho una sola pregunta.

—¿Cuáles son los pianistas que más le han influido?

—Chick Corea es un monstruo en la parte rítmica, sobre todo cuando toca solo. Herbie Hancock: el pianista más sensual sobre la tierra, tiene un swing inconfundible. Thelonius Monk fue un genio asombroso e inusual. Y de los actuales, claro, Brad Mehldau: un talento único justo en el momento histórico que mejores instrumentistas está dando.

—¿Y nuestro Tete Montoliú?

—Un artista infravalorado, honestamente. Debería llegar el día en que fuera mejor conocido.

—Parece sonreír siempre. ¿Cómo suena la felicidad?

—Me considero una persona alegre, cierto. Y para mí Re Mayor es la tonalidad de la alegría. ¡Haga la prueba!

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