_
_
_
_
CRÍTICA / DISCOS

La fragilidad escuece

Las asperezas de estas escuetas nueve canciones y su escasa vocación comercial constituyen solo una perspectiva distinta sobre el enorme talento poliédrico de su firmante

Sospechamos que ningún ejecutivo de su discográfica daría saltos de alegría al recibir los contenidos de este tercer álbum de Conor O’Brien. Puestos a jugar a los pronósticos, puede que Darling Arithmetic no reciba, a diferencia de sus dos antecesores, una candidatura al Premio Mercury. Pero no nos confundamos: las asperezas de estas escuetas nueve canciones y su escasa vocación comercial constituyen solo una perspectiva distinta sobre el enorme talento poliédrico de su firmante. El irlandés de la mirada lánguida nos pilla con el paso cambiado porque, frente al prodigioso estallido cromático de {Awayland} (2013), opta ahora por la contención y los tonos opacos, se encierra en su propia habitación para guisar y comerse en soledad un plato no exento de amargura. Hasta esa inédita imagen hirsuta, una barba poblada con la que disimular su rostro veinteañero, constituye todo un síntoma: lejos de los estallidos melódicos de su debut (‘That Day’) o los posteriores y vivificantes coqueteos con la electrónica (‘The Waves’), este es un trabajo sobrio y autosuficiente, que bien podría haberse encontrado con la rúbrica de Rick Rubin en la producción.

Vienen a la cabeza elepés como 100 Acres of Sycamore, de su paisano Fionn Regan (pero este es más adusto), o el casi simultáneo What Green Feels Like, de Eaves (pero este es más asombroso). Porque O’Brien es ante todo eso, un autor enorme, y la economía de recursos sirve para acentuar la emotividad de sus sollozos vocales (‘No One to Blame’) o el clasicismo impecable de títulos que remiten a Van Morrison por la vía de Glen Hansard (‘Hot Scary Summer’). El hombre de Villagers no ha completado un disco sobre el quebranto sentimental, un Blood on the Tracks puesto al día, sino un disco sobre la fragilidad, incluso la improbabilidad del amor. Y eso sí que escuece.

Darling Arithmetic. Villagers. Domino / Music As Usual.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_