Afilar el hacha de la historia
Barroco y expresionista, 'Di, realidad', de Rafael Fombellida, es más que una plegaria rota
Desde hace algunos años, Rafael Fombellida viene cultivando una escritura de fisicidad barroca y textura expresionista, en la que convergen los cuerpos blandos de Lucian Freud y la cámara funeraria de Valdés Leal: “Cada cuerpo se roza contra su decadencia”. El imperativo Di, realidad ―que da título a su último libro― interpela a un mundo reflexivo y telúrico, a veces nutrido de sustancia realista y a veces cargado de tintes alucinatorios. Algunos poemas están protagonizados por un sujeto cosmopolita que se confunde con Nadie en el check-in del aeropuerto (‘Odiseo en el Báltico’) o que se abisma en el río de la memoria (‘Balada de uno que mira el Prut’, homenaje a la canción ensimismada de José Hierro desde el puente de Brooklyn). En otras composiciones, “el hacha de la Historia” muestra el filo cotidiano del horror.
Si las dos grandes guerras del siglo XX le sirven al autor para explicarse el trasfondo psíquico del ser humano, los paisajes borrascosos le permiten hallar un correlato espiritual. La densidad narrativa coexiste con el turbión descriptivo en aquellos versos en los que irrumpe la furia del monzón o el azote de un tornado, y en aquellos otros en los que el epíteto homérico se desvanece en un amanecer cíborg: “Tomó la aurora de azulados dedos / y la hizo añicos de metal”. Siguiendo el consejo del dudoso Pseudo-Longino, Fombellida busca y encuentra la huella de lo sublime en el cruce entre visión e imaginación. Dominado también por las bajas presiones atmosféricas, el discurso se dispone en secuencias de apariencia versicular, pero en las que el ritmo iterativo de la letanía se ve superado por una realidad desbordante, incapaz de acogerse a los cauces estróficos convencionales. En suma, Di, realidad es más que una plegaria rota y que un himno a la intemperie: un libro que provoca admiración estética y conmoción ética.
Di, realidad. Rafael Fombellida. Renacimiento. Sevilla, 2015. 75 páginas. 15 euros
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.