Las condiciones materiales
Un libro de entrevistas con autores como Margo Glantz, Ricardo Piglia, Rodrigo Rey Rosa o Alan Pauls establece una radiografía de la literatura latinoamericana actual
Mauro Libertella, hijo del también escritor argentino Héctor Libertella, es el autor de El estilo de los otros, un volumen que reúne conversaciones con escritores latinoamericanos en activo. Si analizamos el libro como un tribunal de tesis, podrían surgir algunos peros en cuanto a la selección de los autores con que se rellena la casilla de cada país; la ausencia de ciertos países —Colombia— o la inclusión tangencial de otros —Perú—; la horquilla cronológica en la que se mueven entrevistados cuyas fechas de nacimiento oscilan entre Margo Glanz (1930) y Zambra (1975). Pero selección implica amputación y el corte de Libertella aspira a funcionar como “cápsula de futuro”: las interacciones propician una lectura activa a la búsqueda de coincidencias que probablemente tienen que ver con el estado actual de la literatura latinoamericana. Surge una red de condiciones de producción del texto que deriva en temas recurrentes: lo autobiográfico ficcional; el interés por una literatura política más preocupada en transgredir los géneros que por las realidades; la tensión entre referencialidad y centralidad del lenguaje; las conexiones con televisión y cine —Gumucio, Bizzio, Lissardi, Fuguet, Villoro, Pauls…—; el binomio, incluyente o excluyente, entre teoría y creación; cosmopolitismo y poliglotismo, así como la vinculación de los escritores con espacios que no son su territorio natal — Tánger y Rey Rosa, Berlín y Villoro, Nueva York y Molloy—; la dificultad de los jóvenes de matar al padre, al referente literario y político, una actitud que explica el conservadurismo de alguna de estas voces y nos lleva a reformular el significado del progresismo. Las referencias a otros escritores dibujan un mapa de la literatura latinoamericana del siglo XX y de lo que va del XXI: desde la omnipresencia borgeana a Fogwill, Bolaño, Puig, Onetti, Poniatowska, Rivero, Conti, Levrero, Dalton, Lemebel, García Márquez…
El libro puede ser leído en dos niveles: el del conjunto trazado por Libertella y el del discurso de los entrevistados. En este segundo nivel, surge la discusión de cada lector con los autores: El estilo de los otros funciona como vademécum que ayuda a corroborar impresiones previas o a construir nuevos prejuicios que nos encastillen en la voluntad de no leer jamás a fulano o, al revés, que nos hagan sentir la compulsión de superar una laguna y leer ya a mengano. Desde un punto de vista metodológico, Libertella hace de la entrevista un género mutante que coloca a los entrevistados en cierta desigualdad de condiciones, pero que ameniza la lectura; algunas entrevistas son convencionales — Bellantin, Fabián Casas, Rey Rosa—, pero otras parten de un juego de transformación: el rastreo por los datos de Wikipedia con que se interroga a Gumucio; el cruce de correos electrónicos con Nettel; la desaparición de las preguntas que da lugar a una pieza compacta y autobiográfica de Juan Villoro; las palabras clave de un abecedario desordenado que Diamela Eltit rellena de contenido…
En El estilo de los otros se suscita la reflexión sobre hasta qué punto los escritores son texto, personaje; hasta qué punto los escritores sienten la necesidad —creativa y publicitaria— de articular un discurso sobre sus obras y sobre ellos mismos. Todos nos vemos cada vez más abocados a solapar la escritura con una divulgación de los libros que no siempre es didáctica, sino fundamentalmente comercial. Hablar de uno mismo es a la vez algo natural y completamente artificial. La urgencia por ser visibles y generar sucesivos simulacros del yo —la expresión es de Eltit— se relaciona con esa cultura del espectáculo, festivalera, que tan bien se describe en estas entrevistas. Cabría preguntarse si tiene interés lo que un escritor dice sobre sus textos o si eso solo forma parte de “la turistización de todas las experiencias humanas” a la que alude Pauls. Castellanos Moya resume la cuestión parafraseando a Naipaul: “El tipo que escribe los libros y el que está hablando aquí contigo son dos personas completamente diferentes”.
El estilo de los otros está recorrido por la inexorabilidad pegajosa de lo autobiográfico en la literatura; por la cuestión de si es más importante el texto o la personalidad; si tanto el uno como la otra son síntesis significativas de un tiempo y un espacio; si la biografía de un autor “es un gran invento literario”, como posmodernamente señala Fuguet, o si, como apunta Eltit, “lo importante son los textos y no la presencia del autor”. Al final, Piglia pone el dedo en la llaga y da sentido al proyecto de Libertella: las condiciones materiales de la escritura, desde los oficios del escritor y el uso de los ordenadores hasta la ceguera de Borges, inciden en el modo de escribir. Las condiciones materiales son pertinentes para entender lo que el arte pueda tener de misterioso e intangible. No conviene separar texto y contexto, retórica e ideología. A partir de ahí todos aprendemos a leer.
El estilo de los otros. Mauro Libertella. Universidad Diego Portales. Santiago de Chile, 2015. 340 páginas. 26 euros.
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