La BBC no renovará el contrato a Jeremy Clarkson, de ‘Top Gear’
El polémico presentador estrella del programa será apartado de la cadena definitivamente
El futuro del programa automovilístico Top Gear, uno de los más exitosos de la BBC con una audiencia global de 350 millones de personas, ha quedado en el aire después de que el ente público confirmara que no renovará el contrato de su presentador estrella, Jeremy Clarkson, una vez expire a finales de mes. El tan popular como controvertido periodista inglés, de 54 años, fue suspendido hace dos semanas a raíz del altercado con un productor al que agredió física y verbalmente, en un suceso que la policía está investigando.
La decisión de la corporación británica “no se ha tomado a la ligera, pero sabemos que dividirá opiniones”, ha reconocido su director general, Tony Hall, en alusión a la plataforma Bring Back Clarkson ("devolvednos a Clarkson") que desde la suspensión cautelar del presentador, el pasado 10 de marzo, lleva recogidas decenas de miles de firmas en su favor. La BBC ha dado un paso difícil, dividida entre despedir a un personaje protagonista de múltiples polémicas y trifulcas o mantenerlo a toda costa como alma mater de un programa que se emite en más de doscientas televisiones del mundo y le reporta unos 50 millones de libras anuales.
Había sido suspendido tras un altercado con un productor al que agredió física y verbalmente
Pero el veterano periodista “ha cruzado una línea que no podemos tolerar”, sentenció Hall durante el anuncio al que han seguido los inmediatos abandonos de los dos copresentadores de Top Gear, James May y Richard Hammond, y del productor ejecutivo Andy Williams, creador del formato en colaboración con Clarkson en 2002. Ese gesto complica sobremanera la supervivencia de un programa consagrado al mundo del motor, sazonado con espectaculares acrobacias automovilísticas y el humor irreverente de Jeremy Clarkson, muchas veces rayano en lo grosero y objeto de un aluvión de críticas y denuncias a lo largo de los años. Las invectivas políticamente incorrectas del presentador han colisionado a menudo con el libro de estilo de la radiotelevisión pública, pero al tiempo arrasaban entre la audiencia.
En medios periodísticos se da por hecho que Clarkson acabará fichando por alguno de los canales rivales —aunque no puede llevarse consigo el formato de Top Gear, que pertenece a la BBC—, si bien el hecho de ser objeto de una investigación policial compromete su posición. Los agentes quieren cuestionarle sobre el altercado en un hotel de Yorkshire, donde el presentador habría propinado un golpe a uno de los productores del programa, Oisin Tymon, partiéndole el labio. Y todo por una cena caliente, que el restaurante del hotel se había negado a preparar ante la llegada del equipo de filmación a altas horas de la noche. Tymon no presentó denuncia, y fue el propio Clarkson quien expuso los hechos ante sus jefes, consciente de que incluso para sus parámetros esta vez se había extralimitado.
Los copresentadores y el productor ejecutivo también abandonan el programa
Si, a pesar de su granado currículo de ofensas, amigos tan influyentes como el alcalde de Londres, Boris Johnson, la titular de Cultura, Maria Miller, o el propio primer ministro, David Cameron, salieron en defensa de Clarkson cuando fue inicialmente suspendido por la BBC, las tornas han cambiado ahora. Todos le han retirado el apoyo público al salir a la luz los detalles del episodio de Yorkshire, que Cameron acaba de calificar de “inaceptable”.
¿Se ha apagado definitivamente la estrella de Jeremy Clarkson? En el hipotético y probable caso de que otra cadena le contrate, la respuesta recaerá en una audiencia que durante más de una década le ha sido fiel a pesar de los pesares.
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