‘La voz’, más ‘show’ que ‘talent’
Para descubrir voces singulares, ricas en matices o sorprendentes, aún hay que escuchar fuera de la televisión: 'La voz' busca gargantas estereotipadas y efectistas
Cuando, en algún momento de los 190 minutos de programa, Laura Pausini sugirió a la concursante que acababa de ejecutar una flamígera versión de Smile, una composición de Charles Chaplin inmortalizada por Judy Garland, que esa canción “no debe ser cantada con tanta fuerza vocal”, la vocalista italiana pareció lanzar una involuntaria enmienda a la totalidad de La voz: si por algo se caracteriza el concurso de talentos de Telecinco es por la falta de mesura de sus concursantes al cantar. Desgarro, melismas barrocos y clímax épicos son elementos casi indispensables en cada interpretación.
Tiene que ver con el tipo de voces que se escoge. Las más apreciadas en La voz suelen ser las de corte negro o flamenco, más propensas a la exhibición. El estreno de la tercera temporada del programa profundizó en esas estentóreas tipologías, aunque también hubo un cantante lírico haciéndose un Pavarotti con la inevitable Nessun dorma, un cantante callejero sordo de un oído o el golpe de efecto de dos niñas gemelas entonando al alimón tras un telón.
Teniendo en cuenta que cada uno de los 15 candidatos actúa durante un minuto y medio en esta etapa inicial de casting, la parte estrictamente musical del talent show no llega a los 23 minutos (de 190, recordemos). El resto son piques amistosos entre los jueces (con las novedades este año de unos Pausini y Alejandro Sanz muy sueltos), anuncios, presentaciones de los concursantes con su familia, cortes publicitarios, resúmenes de lo ocurrido hasta el momento, intervalos comerciales y bastantes lágrimas de emoción, algunas de ellas infantiles (esas puntúan doble, al menos en el share).
Más show que talent, en definitiva, una fórmula que hasta ahora ha funcionado de maravilla en términos de audiencia para Telecinco, con lo que no cambiará demasiado. Para descubrir voces singulares, ricas en matices o sorprendentes, aún hay que escuchar fuera de la televisión: La voz busca gargantas estereotipadas y efectistas que encajen en el espectáculo.
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